«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
junto a Alemania, Francia y Polonia

España da la espalda al alarmismo climático: cae 15 puntos desde 2021 el apoyo a la acción individual

Protesta de los agricultores españoles. Europa Press

Cada vez más españoles dan la espalda a la propaganda climática. Según el último informe de Ipsos, publicado con motivo del Día Internacional de la Tierra, sólo el 59% cree que no actuar individualmente contra el cambio climático supone un fallo hacia las futuras generaciones. Aunque la cifra sigue siendo alta, lo significativo es la tendencia: España ha registrado un desplome de 15 puntos desde 2021, siendo uno de los países europeos donde más crece la «fatiga» y «apatía climática», junto a Alemania, Francia y Polonia.

La encuesta, realizada a más de 23.000 adultos en 32 países, también revela que el apoyo a que las empresas actúen «ya» para frenar el calentamiento global ha caído del 73% al 58% en apenas cinco años. Es decir, los españoles cada vez son más conscientes de que detrás del alarmismo climático hay intereses económicos y políticos.

También se reduce el porcentaje de quienes creen que España debería «hacer más» para combatir el cambio climático: del 67% en 2023 se ha pasado al 58% en 2025. Al mismo tiempo, crece el número de personas que piensan que se exige «demasiado» a nuestro país. En 2023 lo pensaba un 27%, ahora ya es un 34%. Los votantes de VOX son los más críticos: un 57% considera injustos estos sacrificios, frente al 30% del PSOE o al 17% de Sumar.

La percepción de que se nos está imponiendo una carga desproporcionada es especialmente fuerte entre los hombres (39%) y entre los mayores de 35 años (36%).

Y aunque Ipsos insiste en que el 75% de los españoles sigue «preocupado» por el cambio climático, las cifras muestran un claro sesgo ideológico: el 89% de los votantes de Sumar y el 80% del PSOE dicen estar alarmados, frente a solo el 53% de los votantes de VOX.

Además, uno de cada dos españoles ya no cree que sea tan relevante limitar el aumento de temperatura global a 1,5°C, una cifra que durante años ha servido de mantra en las agendas de organismos globalistas.

En cuanto a las energías renovables, sólo el 38% cree que la transición energética provocará subidas en los precios del hogar, aunque un 41% admite no tener una opinión clara.

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