«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
El PHN contemplaba la creación de 863 obras hidráulicas

Los ríos españoles han vertido este mes el agua que consume la población en un año por la falta de un Plan Hidrológico Nacional

Embalse de El Atazar. Redes sociales

Las intensas lluvias caídas este mes de marzo en toda España habrían permitido almacenar más de 6.000 hectómetros cúbicos de agua si se hubieran ejecutado las más de cien presas y embalses previstas en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) aprobado en 2001, un volumen suficiente para cubrir el consumo anual de agua de toda la población del país. Sin embargo, ese caudal se ha perdido en su mayor parte en el mar por la falta de infraestructuras que hubieran permitido aprovecharlo, según avanza El Español.

El PHN, diseñado hace más de dos décadas, contemplaba la creación de 863 obras hidráulicas entre trasvases, conducciones, embalses, presas y plantas desaladoras. Pese a su ambición, el plan se topó con una fuerte oposición, especialmente por parte de organizaciones ecologistas en comunidades como Aragón y Cataluña, lo que frenó su desarrollo. Tras la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al poder en 2004, una de las primeras medidas fue la cancelación del trasvase del Ebro y de las infraestructuras asociadas.

A lo largo de los años, diversos gobiernos han ido descartando o aplazando la mayoría de estas construcciones, unas veces por falta de recursos económicos, otras por objeciones medioambientales, y en ocasiones porque los estudios de viabilidad no justificaban su ejecución. A día de hoy, más de 70 de esas presas han sido oficialmente descartadas. Sólo 29 de las infraestructuras proyectadas han sido rescatadas por el Ministerio para la Transición Ecológica en la última revisión del plan hidrológico, con una capacidad de almacenamiento prevista de unos 3.400 hectómetros cúbicos.

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), liderada por Juan Valero, considera que esa recuperación parcial de proyectos es positiva, pero insuficiente. Valero insiste en que es necesario acelerar la construcción de estas obras, no sólo por su importancia para garantizar el riego agrícola, sino también por su papel esencial en la prevención de catástrofes naturales. Como ejemplo, cita el caso de Valencia, que en octubre del año pasado logró evitar daños mayores gracias a la obra de desvío del cauce del Turia, construida tras las devastadoras inundaciones de 1957. «Las infraestructuras hidráulicas salvan vidas», resume Valero.

En ese mismo sentido, el PHN de 2001 ya preveía cuatro presas clave para proteger a la provincia de Valencia de las inundaciones recurrentes: Marquesado, Vilamarxant, Estubeny y Montesa. Ninguna de ellas se ha construido. En 2008, el Ministerio de Medio Ambiente descartó la presa del Marquesado alegando problemas geotécnicos. Esta infraestructura debía situarse sobre el río Magro, uno de los cauces que se desbordaron precisamente durante la última riada.

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