La pandemia de coronavirus aumentó en un 33,3 % el número de jóvenes en paro y en un 82,4 % el de demandantes de empleo, respecto a las cifras de abril, según los datos de la encuesta «Juventud en riesgo», que sitúa en el 25,5 % la tasa de paro juvenil en las dos primeras semanas del estado de alarma.
El estudio ha sido realizado por el Instituto de la Juventud y el Consejo de la Juventud de España para analizar las consecuencia de la COVID-19 en este sector de la población española, que, según concluye, es el que ha «experimentado con mayor intensidad los efectos del parón económico».
El informe determina que el incremento de la demanda de empleo haya sido muy superior al del paro registrado puede entenderse como una aproximación indirecta del alcance de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Así, detalla que el pasado marzo 862.801 jóvenes figuraban como demandantes de empleo, cifra que un mes más tarde creció hasta 1.350.736 personas.
Aunque el estudio destaca que la tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo de estas personas ha sido, por primera vez en años, superior a la del resto de la población, alerta de que la protección de los ERTE «constituye un paraguas temporal de los jóvenes».
En este sentido, indica que un 41 % de los jóvenes acogidos al ERTE, aunque mantienen la relación empresa, enfrentan un riesgo específico de perder el empleo ante el fin de las regulaciones.
«Se trata de uno de los problemas de nuestro sistema laboral dual, que contrata jóvenes en precario en épocas de bonanza y mayor demanda y los expulsa a bajo coste cuando se presentan crisis de consumo», concluye el informe.
En este sentido, el trabajo destaca que muchas personas jóvenes, a las que ahora cubren los ERTE, ocupan puestos de trabajo precarios y con un alto nivel de temporalidad, ya que un 36 % están afiliados a la Seguridad Social con contratos eventuales, un porcentaje que se sitúa en el 16,2 % en el resto de grupos de edad.
Los autores del informe reconocen que aún es demasiado pronto para realizar un balance de la repercusión del estado de alarma en la situación laboral de los jóvenes, por lo que anuncian una segunda entrega para analizar la situación pos-COVID-19 en el segundo semestre de 2020.