La fachada de Intereconomía ha amanecido con numerosas pintadas en defensa del parón y contra el «machismo» de la sociedad. No ha sido el único edificio afectado, también iglesias como la madrileña del Espíritu Santo han sufrido las ‘iras’ de los huelguistas.
Un grupo de radicales feministas ha atacado esta mañana la sede de Intereconomía en Madrid. Los radicales, sin embargo, se han equivocado de pared a la hora de realizar sus pintadas reivindicativas.
«Ante la duda, yo la viuda», ha sido alguno de los cariñosos mensajes que las feministas han dejado en la puerta de nuestra sede. «¡Polla violadora a la licuadora!» y numerosos eslóganes en favor del parón feminista de este jueves. Además, como es lógico dado el marcado carácter político de la huelga, también han decorado las paredes con numerosos símbolos relacionados con la ultraizquierda.
No obstante, los radicales no han logrado su objetivo con su ataque. La mayor parte de las pintadas han sido realizadas en el edificio anexo y nuestros redactores no están dispuestos a amedrentarse ante este tipo de ataques.
La huelga feminista de este 8 de marzo ha comenzado con varios actos vandálicos. La estatua de Arturo Soria ha amanecido con un delantal, una escoba y unos guantes para fregar.
Hoy, con más motivo que nunca, reivindicamos el derecho de las mujeres a plantarse contra la corriente feminista oficial. Basta con repasar el documento que sirve de pilar a la huelga para comprender su escasa relación con las necesidades actuales de la mujer: se trata de convocatoria politizada por la izquierda política de nuestro país, basada en un texto lleno de delirantes afirmaciones en el que se criminaliza al hombre por el hecho de serlo.
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Los delirios de la huelga feminista del 8 de marzo, en siete puntos
