El diputado del PP, Esteban González Pons, no quería a Gazprom, la energética rusa que Putin maneja como plataforma de influencia internacional, operando en España. No la quería hasta que su hijo entró como «representante en España» de la compañía. Tal y como hemos informado en LA GACETA, el hijo del gurú de Feijoo, Esteban González Guitart, estuvo en nómina de la empresa que controla el Kremlin dos años.
Hoy ha trascendido, en una información adelantada por Okdiario, que el entonces eurodiputado del PP quiso evitar la entrada de Gazprom en el mercado energético español, animando a «inventar mecanismos» para expulsar a la filial de Putin. Apenas unos años después su hijo pasó a ser apoderado de la empresa en España a las órdenes de dos hombres de confianza de Putin. Entonces la vehemencia de Pons desapareció.
En la línea con lo anterior, con la llegada de Gazprom a España y su amenaza de entrada en el accionariado de Repsol —se llegó a hablar de la compra de un 20% del capital de la empresa española—, González Pons no dudó en tachar de «inaceptable» este aterrizaje en enero de 2008. Su vehemencia llevó a Pons a pedir al Gobierno, entonces liderado por José Luis Rodríguez, a elaborar normas legales para cerrar el paso al emporio ruso.
El Gobierno socialista entonces explicó que no había más mecanismos que los establecidos en la vigente ley y que ésta no permitía evitar la entrada de sociedades mercantiles independientes. González Pons, que más tarde calló por la relación de su hijo con la empresa de Putin, pidió interferir en la entrada: «No sé si hay mecanismos, pero si no hay mecanismos los tendremos que inventar, pero no podemos estar en manos de otro Estado», zanjó en noviembre de 2008.
