Hacienda ha intensificado sus controles en operaciones bancarias en efectivo y ya afectará tanto a grandes como a pequeñas cantidades. A partir de ahora, los movimientos de dinero en metálico estarán bajo un mayor escrutinio, y no sólo los que implican cifras elevadas: también las transacciones menores, si son frecuentes o carecen de justificación, podrán ser objeto de investigación y sanción.
El objetivo declarado por Hacienda es claro: combatir el uso de dinero no declarado y la economía informal. Para ello, ha reforzado su vigilancia sobre las operaciones en efectivo, especialmente aquellas que superan determinados umbrales. Las entidades bancarias están obligadas a informar de manera automática cualquier ingreso o retirada igual o superior a 3.000 euros. Sin embargo, el foco también se dirige a operaciones repetidas por importes inferiores, como retiradas de 800 o 900 euros realizadas con frecuencia, que podrían levantar sospechas si no están debidamente respaldadas.
Las posibles sanciones no son menores. Según expertos en derecho fiscal, en los casos más severos las multas podrían ascender hasta un 150% del dinero involucrado, alcanzando los 150.000 euros. Esta penalización se aplicaría cuando no exista documentación que respalde la procedencia del efectivo o su finalidad, lo que convierte en crucial conservar recibos, contratos o cualquier otro documento que justifique la operación.
A pesar de la dureza de estas medidas, los especialistas recomiendan no alarmarse innecesariamente. Si se cumplen las obligaciones tributarias y se dispone de las pruebas adecuadas, no hay razón para temer. Lo esencial es actuar con transparencia y mantener un buen archivo de todos los movimientos financieros, especialmente si se manejan grandes sumas en metálico.
Una de las preguntas más habituales es si se puede recibir una multa por retirar cantidades modestas de manera frecuente. La respuesta es afirmativa: si el patrón de comportamiento sugiere una estrategia para evitar el control fiscal, aunque se trate de cifras pequeñas, Hacienda podría considerar que existe una infracción. Por eso es recomendable informar al banco con antelación si se va a realizar un movimiento inusual y conservar los justificantes pertinentes.
Entre los documentos más útiles para justificar este tipo de operaciones están las facturas de compraventas, los contratos de alquiler, los certificados de donaciones o herencias, y los resguardos de nóminas o ayudas públicas. En el caso de transacciones puntuales, como la compra de un coche o el pago de una reforma, también se aconseja notificarlo a la entidad bancaria y conservar todos los comprobantes asociados.
