El cerebro de los atentados terroristas estuvo en contacto con las agentes del CNI que investigaban los procesos de radicalización en Cataluña.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha reconocido que en 2014 tuvo contactos con el iman de Ripoll Abdelbaki Es Satty, inspirador de los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils del pasado 17 de agosto, al menos durante su estancia en la prisión de Castellón, donde ingresó en 2010 por un delito de tráfico de drogas y salió en 2014.
Los investigadores de la masacre están «convencidos» de la doble vida del salafista, pues mientras preparaba los ataques en Cataluña formaba parte de la red de contactos del CNI. Pese a esto, desde el CNI no aclaran desde cuándo y hasta cuándo colaboró con ellos ni si esa colaboración fue remunerada.
Asimismo, señalan que los contactos establecidos con Es Satty «entran dentro de los protocolos habituales del organismo», ya que «lo normal para obtener información para la lucha antiterrorista es contactar con quienes puedan tenerla». Es Satty, no estaba acusado de terrorismo, sino de tráfico de drogas.
Se sospecha también que Younes Abouyaaqoub, el terrorista de 22 años que atropelló y asesinó a 14 personas, también formaba parte de la red de contactos de los Mossos.
La investigación de la Audiencia Nacional está en manos de Dolores Delgado, la fiscal especial contra el terrorismo yihadista, una de las personas con más experiencia en el campo. La investigación de la Fiscalía se centra en la reconstrucción de los movimientos del imán antes del atentado, su paso por prisión y el permiso de residencia que le permitió viajar a Bruselas.
El CNI ya manifestó ante un grupo de funcionarios que era la obligación del centro captar e infiltrar colaboradores dentro de las células terroristas: «Si el imán hubiera colaborado con nosotros sería algo normal. Estaría dentro de los cometidos del CNI», sentenció.
