El Departamento de Educación de la Generalidad de Cataluña, en funciones hasta que se produzca la investidura del nuevo presidente (tras las elecciones del 12 de mayo), ha prorrogado el «plan piloto» para la impartición de la materia Religión Islámica en centros educativos durante el curso 2024-2025.
El Gobierno separatista en funciones colabora así con la creciente islamización que sufre la región tras la estrategia de ingeniería social (impuesta desde hace décadas) que prioriza la inmigración de origen musulmán.
En este contexto, el Ejecutivo de Peré Aragonés financió hace unos meses con dinero público un congreso islámico en el que se trató «la juventud, la religiosidad y la cuestión de la identidad». Estuvo organizado por la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña y la Unión de Comunidades Islámicas de España y se celebró en el albergue Centre Esplai de El Prat de Llobregat (Barcelona).
VOX es la única formación —así lo plasmó en la pasada campaña electoral— que llama a poner fin a la islamización, reclama medidas para no convertir Cataluña en Francia o en Bélgica, países que cuentan con barrios en los que no impera la ley nacional y sí la ley islámica, y recuerda que el crecimiento de la inmigración musulmana ha llegado acompañada de un aumento de la delincuencia y de las operaciones contra el terrorismo islamista.
