Las Islas Baleares tienden a menudo a ser las grandes olvidadas en aquellos balances relativos a inmigración ilegal. El propio Ministerio del Interior omite de facto reflejar en sus informes aquellas estadísticas relativas al archipiélago balear pese a que en estos momentos es la ruta migratoria que más ha crecido en comparación con estadísticas de hace un año. La situación es crítica y la sombra de un estallido migratorio pesa cada día más sobre las islas.
Según fuentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras (CGEF) de la Policía Nacional, la inmigración ilegal en las Islas Baleares ya ha superado en lo que va de año las 3.000 llegadas, datos que, comparados con cifras de hace un año, arrojan un incremento de la presión migratoria cercano al 220%.
Datos históricos de ACNUR indican que, a fecha 17 de septiembre del año 2023, llegaron a Baleares un total de 1.015 inmigrantes ilegales, unas cifras que se han visto triplicadas tras la llegada este año de un total de 3.245. Si las comparamos con el inicio de la consolidación de la ruta balear (año 2019), el aumento es superior al 600%.
Las áreas más castigadas son Formentera y la pequeña isla de Cabrera. Ambos enclaves son los más próximos a los puntos de partida en Argelia más frecuentes, Tipasa y Dellys. Son zonas ubicadas en el norte del litoral argelino en las que se concentra la mayor actividad por parte de las redes criminales encargadas de fletar embarcaciones con destino al archipiélago balear.
Un efecto llamada motivado por una gran impunidad y nulas devoluciones
El actual efecto llamada que existe sobre las Islas Baleares parte en gran medida de la impunidad de la que gozan todos aquellos inmigrantes ilegales de origen argelino que acaban en el archipiélago. «No hay día que no haya argelinos detenidos», afirman desde la Policía Nacional, mientras reconocen que la mayoría de dichos detenidos a las pocas horas quedan en libertad.
Esta circunstancia se da en gran medida ante la inexistente capacidad del Gobierno para ejectutar devoluciones de aquellos inmigrantes que entran ilegalmente desde Argelia. Según recoge la propia Fiscalía General del Estado en su última memoria, «durante el año 2023 las medidas de internamiento en los CIE han disminuido —en Baleares—. Si bien el incremento de embarcaciones tipo patera no ha cesado».
Asimismo, la propia Fiscalía llega a reconocer que esto viene motivado en gran parte porque !están paralizadas las repatriaciones de ciudadanos argelinos» y «las propias fuerzas policiales han dejado de solicitar autorización para proceder a su internamiento en CIE». Dado que Argelia no los acepta de vuelta —aún tratándose de delincuentes multirreincidentes—, estos quedan en libertad bajo la esperanza de que decidan abandonar el archipiélago como solución.
Un posible estallido migratorio «incontrolable»
No sólo el efecto llamada actual podría propiciar un posible estallido migratorio en Baleares. En la actualidad, la inmigración ilegal en Italia ha disminuido en más de un 60% si comparamos cifras actuales con las de hace un año. Los acuerdos de Giorgia Meloni con el lider tunecino, Kaïs Saied, están dando sus frutos y la inmigración ilegal desde Túnez a Italia ha disminuido de forma considerable.
En paralelo, agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras (CGEF) de la Policía Nacional, aseguran que ya se ha detectado a tunecinos en las rutas migratorias que parten desde Argelia, algo que es indicativo de un cambio de rutas migratorias que podría traer consigo un considerable aumento de la inmigración ilegal en el archipiélago balear.
«De momento no han sido muchos», aseguran las fuentes consultadas por LA GACETA, sin embargo, esta tendencia ha ido registrando un incremento en los últimos meses, algo que observan desde cerca tanto Policía Nacional como Guardia Civil ante el temor de un estallido migratorio en el archipiélago.