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Se utiliza para comprar voluntades

La irrelevante programación de La 2 sirve a Sánchez para premiar a sus socios separatistas

RTVE. Twitter

Es tanto lo que denunciar cada día sobre La 1 de TVE, inmersa en un nivel insoportable de toxicidad informativa, que las indigeribles emisiones de La 2 suelen pasar completamente desapercibidas. Pero si la primera es la locomotora de la manipulación del gigante público, la segunda cadena es el vagón de cola estercolero que va recogiendo todos los encargos con los que el favoritismo monclovita compra voluntades de sus socios separatistas, de otros medios de comunicación, periodistas o productoras afines. En otras palabras, La 2, que goza de la irrelevancia necesaria para poder perpetrar todo tipo de tropelías sin que nadie levante la liebre, sirve para cobrarse favores y es empleado para expulsar de España la idea de España, a favor del separatismo y del resto de países vecinos.  

Elijamos un solo día de su parrilla y analicemos sus contenidos. Centrémonos, por ejemplo, en la programación de los jueves. Lo primero que encontramos es uno de los platos fuertes del día, «Reportero de la historia». A priori el nombre del programa ya da pistas sobre su contenido, pero es al comprobar de qué reportero se trata cuando se termina de confirmar la orientación del formato de la serie documental. Es presentado por el periodista de El País Jacinto Antón. El reportero imparcial colaborador habitual de la Cadena SER se lanza a «conocer lo ocurrido en España entre el siglo XV y el siglo XX». El programa, que irradia un tufo cultureta propio de la escuela de Frankfurt, insiste en centrarse en los temas y personajes de nuestra historia «que han sentado las bases de lo que somos hoy en día» charlando con «historiadores y expertos». Lo de siempre, otro programa de producción ajena de cuota catalana, con orientación ideológica sumamente izquierdista sobre nada menos que la historia de España y que impone el relato inventado de los nacionalistas. 

A continuación, Samuel Martín Mateos, el director de La 2 vinculado a lo más rancio del aparato interno, nos deja descansar comprando otro formato, en este caso extranjero: «Espacios increíbles». Esta otra compra, cuyo nombre no hace referencia lamentablemente a ningún rincón de España, recorre los cuatro viajes que al parecer se han hecho en busca de las mejores construcciones invernales de todo el mundo: Finlandia, Noruega, Los Alpes y Canadá; ¡producto made in Spain! Luego viene una película: ni de Alfredo Landa, ni de Arturo Fernández. Tampoco nada del soberbio cine español de la etapa de Barcelona de los años 50, sino un Western. La última, «Los comancheros». En ella un ranger de Texas debe acabar con una peligrosa banda de forajidos cuyo trabajo es proporcionar armas y licores a «los beligerantes indios comanches».

Antes de «Saber y Ganar» y de otra entrega de los documentales de naturaleza con los que el personal se echa la siesta, llega la franja de la parrilla dedicada a ensalzar todo lo que no es España, pero esta muy cerca. De este modo cada jueves y todos los días a esa misma hora podremos ver un episodio de «Las recetas de Julie». Se trata de un programa dedicado a la gastronomía francesa, interesante, sin duda, pero destinado en exclusiva a exponer a la audiencia las bondades y exquisiteces culinarias francesas. Mediante un recorrido en descapotable por todo el país, en el que se va mostrando selectivamente cada pueblo y ciudad del mismo, una alta, atractiva y resuelta presentadora francesa nos viene a vender la imagen de una Francia adorable sin comparación alguna, ni en lo gastronómico ni en nada, con ningún otro lugar en el mundo. 

Pero ¿qué se emite posteriormente?, un programa idéntico pero de otro país vecino: «Pasión por Italia». Formato en el que volvemos a gastarnos el dinero público en elogiar las regiones y pueblos de Italia a través de un recorrido por toda la geografía nacional presentado también por otra belleza autóctona. Después de estos comercialitos turísticos no vienen más que reposiciones de los mismos programas y, por supuesto, de los documentales, algunos estos sí de producción propia, de lo malo que fue Franco y sus vínculos con Hitler, «del fascismo en el mundo», la derecha norteamericana y un largo etcétera.

En esta TVE de Sánchez en la que La 1 cosecha audiencias de La 2 y La 2 datos más propios del Canal 24 Horas está todo por hacer. Habrá que empezar de cero cuando las urnas expulsen a las minorías radicales de La Moncloa.

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