La Comisión de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior de Barcelona de este miércoles ha aprobado establecer un «cordón sanitario» contra VOX, una formación que fue respaldada por casi 38.000 barceloneses en las pasadas elecciones municipales del mes de mayo.
La proposición de BComú (aprobada por BComú, ERC, Junts y PSC, con el rechazo de PP y VOX) emplaza al resto de grupos a «llegar a un consenso que, más allá de colores políticos, de prioridad a los valores democráticos, como se hizo en el Parlament». Así, consideran que disentir del decálogo ideológico de la izquierda (feminismo, ideología de género, fanatismo climático, la inmigración ilegal, etc) no son «valores democráticos».
En concreto, el texto presentado por la concejal Jess González insta a los grupos a crear un grupo de trabajo que redacte «un pacto para un ayuntamiento comprometido con la democracia, los derechos y la diversidad ante la amenaza que implica la entrada de la ‘extrema derecha’ en las instituciones». Quieren que este pacto se presente en el pleno de octubre y así «mostrar el compromiso con una ciudad y un país plenamente democráticos».
El portavoz del PP, Daniel Sirera, aunque votó en contra de la propuesta, afirmó que no les gusta la «extrema derecha» ni les gusta la «extrema izquierda».
Por otra parte, el concejal de VOX, Gonzalo de Oro, señaló que «discurso de odio» era esa «porquería de propuesta». «Es una vergüenza que en una institución democrática se propugne hacer un cordón antidemocrático a cualquier grupo, a nosotros y a cualquiera». «El único objetivo que tienen es señalarnos y ponernos en la diana para que venga luego un hiperventilado y nos agreda». «Es una tomadura de pelo, ustedes hablan de democracia y no tienen ni idea de lo que es. Ustedes quieren señalarnos para que algunos piensen que no tenemos derecho a existir», ha añadido, antes de denunciar que la izquierda y al separatismo «tergiversan el mensaje», y «demonizan» y «deshumanizan» a su formación.