Canarias sigue sufriendo un goteo incesante de entradas de inmigrantes ilegales con cambios de tendencias preocupantes que han disparado las alarmas entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Inmigrantes procedentes de países como Siria, Pakistán, Irán o Afganistán se están sirviendo de la Ruta Atlántica para materializar la entrada en el continente europeo a través del archipiélago canario.
Según fuentes de la Policía Nacional, no sólo resulta preocupante el volumen, sino el perfil de la inmigración ilegal que está llegando en las últimas semanas a las Islas Canarias. «Las últimas remesas de inmigrantes son complejas porque vienen de zonas peligrosas», apuntan los agentes.
Los sirios, pakistaníes, iraníes y afganos que están haciendo uso de la ruta canaria van en aumento. Son ciudadanos que pagan un alto coste económico para acabar en Europa y que en ocasiones «sus pasaportes presentan viajes a zonas de alta radicalización islámica».
La mayoría llegan a aeropuertos de Senegal y Mauritania a través de vuelos que parten desde Turquía. Una vez llegan al Sahel suelen obtener un visado que les permite permanecer en los países de transito hasta encontrar los servicios de aquellos traficantes que se encuentran fletando cayucos con destino al archipiélago canario. «Suelen tener bastante dinero y no tardan en encontrar un cayuco que les mande a Canarias», agregan los agentes.
Una vez llegan al archipiélago son entrevistados por agentes de la Policía Nacional que, a su vez, examinan sus pasaportes. «Los últimos que llegaron han viajado a Líbano, Libia, Egipto y Túnez», constatan a LA GACETA desde la Policía Nacional. «Esto ha motivado que parte de los inmigrantes que han llegado desde Asia Occidental estén ahora mismo bajo seguimiento», confirman, antes de insistir que varios presentan «signos de radicalización islámica».
