El Sindicato de Inquilinas de Cataluña logró un éxito notorio en la manifestación celebrada el pasado sábado en Barcelona, asegurando que ha sido «la más grande en la historia de Cataluña» en defensa de los derechos de los arrendatarios. Durante el evento, su portavoz, Carme Arcarazo, anunció un paso decisivo: el inicio de una huelga de alquileres que se organizará gradualmente, «barrio a barrio y bloque a bloque», comenzando este domingo.
Arcarazo, en medio de una gran atención mediática antes de la marcha, declaró que este movimiento representa «un nuevo ciclo político», instando a los inquilinos a unirse para transformar un sistema que considera injusto. «Con una manifestación no se soluciona todo», señaló, haciendo un llamamiento a la unidad y organización de quienes sufren el impacto de los altos alquileres. Aunque evitó detallar los planes concretos de la huelga, enfatizó que será necesario un esfuerzo colectivo para hacerla realidad.
Como se podía prever, en ningún momento se refirió a problemas cada vez más reincidentes —sobre todo en Barcelona— como el de la okupación. Tampoco hizo ninguna referencia al fenómeno de la inmigración descontrolada, que está depauperando barrios de la capital catalana a unos niveles desconocidos. De hecho, llegó a afirmar que no hacía falta construir más vivienda.
Según han pronosticado algunos medios, detrás de la figura de Carme Arcarazo —dedicada a repetir monsergas izquierdistas sin ningún contenido y a situar a los arrendatarios como el enemigo— se encuentra un intento de crear a «la nueva Ada Colau».
Sin embargo, resultan bastante hipócritas sus argumentos si analizamos sus orígenes. Hija de Lluis Arcarazo, guionista y directivo de Mediapro que trabaja para TV3 y ha realizado documentales sobre el golpe separatista, estudió en el United World College of the Atlantic (UWC), colegio privado al que acudieron las infantas Leonor y Sofía cuyo bachillerato cuesta entre 30.000 euros y 100.000 euros. También ha acudido como tertuliana al canal de Atresmedia La Sexta.
