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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Lo que no cambiará con el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez

Imagen del equipo de Gobierno formado por Sánchez

Si creemos a los voceros de Sánchez cuando expresan su anhelo de ‘continuar con el legado de Zapatero’, habremos de concluir – sin necesidad de un esfuerzo intelectual excesivo – que las diferencias entre el nuevo Gobierno socialista y su antecesor (el de Rajoy) serán exiguas.  No en vano, desde 2011, el Ejecutivo del PP ha preservado con celo ese legado que Pedro Sánchez quiere heredar.


Durante la moción de censura, la entonces portavoz parlamentaria socialista, Margarita Robles, aseveró que la intención de Pedro Sánchez es recuperar ‘el legado de Zapatero’; un legado que, al parecer, habría sido despreciado por el Gobierno de Mariano Rajoy. La dura realidad, sin embargo, es que ni Rajoy ha dilapidado herencia alguna (al contrario, la ha cuidado con mimo) ni el PSOE tiene, por tanto, una herencia que recuperar.
Analicemos, en primer lugar, cuál es el legado del presidente Zapatero: Ley de Memoria Histórica, Ley de Violencia de Género, Ley del Aborto, Ley de Matrimonio Homosexual… Y un guerracivilismo que reabrió entre los españoles las viejas heridas restañadas durante el franquismo y la Transición.
El Gobierno de Zapatero fue una apisonadora. No titubeó en la imposición de su proyecto ideológico, basado en todos los dogmas posmodernos: entronización de la voluntad, desprecio de la familia natural, desacralización de la vida humana, ideología de género, etc. Pero no engañó a nadie; en su programa electoral estaba contemplado todo eso que luego hizo.
Las consecuencias de su mandato fueron devastadoras, y no sólo en el terreno económico. De esta manera, la sociedad quedó profundamente dividida y el vigor nacional, debilitado hasta el extremo (recordarán eso de que ‘España es un concepto discutido y discutible’). Por otra parte, la Ley de Violencia de Género dinamitó la presunción de inocencia y la Ley del Aborto tornó todavía más fácil que antes el destripamiento de fetos.
Pero todo eso era previsible.

La traición del PP

El PP se presentó a las elecciones de 2011 con el compromiso de desmantelar el intrincado entramado legal del Gobierno anterior. Sin embargo, una vez ganados los comicios, el Ejecutivo de Mariano Rajoy no tuvo reparo en pisotear su antañón compromiso y en amordazar al sector de la sociedad civil que le criticaba por tan reprobable acción.
Así, el Gobierno del Partido Popular rehusó derogar las leyes ideológicas de Zapatero. Mantuvo intacta la Ley de Violencia de Género, se manifestó ‘orgulloso’ (Catalá dixit) de la guerracivilista Ley de Memoria Histórica, introdujo una nimia enmienda a la Ley del Aborto y, haciendo suyas las reivindicaciones del colectivo LGTB, se tornó repentinamente en el más enardecido defensor del ‘matrimonio’ homosexual.
Rajoy tampoco utilizó su mayoría absoluta para fortalecer la nación española, gravemente deteriorada por las políticas de su predecesor. De esta forma, se reveló incapaz de afrontar el desafío secesionistas catalán, dialogó abiertamente con partidos separatistas y claudicó – de modo encubierto, claro – ante los herederos del terrorismo etarra.

Preservar lo preservado

Si creemos a los voceros de Sánchez cuando expresan su anhelo de ‘continuar con el legado de Zapatero’, habremos de concluir – sin necesidad de un esfuerzo intelectual excesivo – que las diferencias entre el nuevo Gobierno socialista y su antecesor (el de Rajoy) serán exiguas. No en vano, desde 2011, el Ejecutivo del PP ha preservado con celo ese legado que Pedro Sánchez quiere heredar.
Nada cambiará con el ‘Gobierno de la imagen’ que ha diseñado el nuevo inquilino de la Moncloa: el Ejecutivo español seguirá siendo el más enfervorecidamente europeísta de todo el Viejo Continente, la imposición de la ideología de género continuará siendo cuestión innegociable y la acción de gobierno será debidamente supervisada por los enemigos de la patria, como hasta ahora.

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