El colegio de Ingenieros de Valladolid ha lamentado que llevan tiempo advirtiendo del riesgo de este tipo de apagones y han señalado que el Gobierno debería haberse «preparado mejor» en lugar de desmantelar infraestructuras estratégicas sin disponer de alternativas sólidas. Rafael Álvarez, decano de la institución, considera que la política energética actual ha debilitado la capacidad de respuesta del sistema eléctrico nacional.
En declaraciones adelantadas por El Español, Álvarez ha criticado duramente la excesiva dependencia de las energías renovables, asegurando que «no pueden sostener por sí solas la estabilidad del suministro». El cierre programado de la central nuclear de Almaraz, ratificado en el último Consejo de Ministros, es, en su opinión, un claro error de estrategia, más aún cuando otros países europeos optan por prolongar la vida útil de sus reactores.
Según el experto, el apagón que sacudió a España el pasado lunes fue consecuencia de un «exceso de potencia» que desestabilizó la red, provocando una desconexión de emergencia con Francia y desencadenando una caída generalizada en todo el sistema interconectado de la Península Ibérica. Tras una primera reconexión parcial, se produjo un nuevo corte, aunque el servicio se fue restableciendo progresivamente.
Álvarez, con más de cuatro décadas de trayectoria en el sector, confesó que nunca había presenciado un apagón de tal magnitud: «Hemos visto cortes localizados, pero uno que afecte a todo el territorio peninsular, es la primera vez». Recordó apagones anteriores, como el vivido en la zona del Levante en 2007, pero insistió en que aquello no fue comparable a lo sucedido ahora.
Sobre las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ingeniero fue muy crítico. Considera que la falta de explicaciones claras y las especulaciones sobre la misteriosa desaparición de 15 gigavatios en apenas cinco segundos sólo generan más confusión entre la ciudadanía. «Primero hay que estabilizar la red, luego habrá tiempo de investigar las causas reales«, apuntó.
El lunes, en una intervención desde La Moncloa poco antes de las once de la noche, Sánchez admitió la gravedad de la situación, asegurando que se había producido la pérdida súbita de un 60% de la demanda energética nacional. No obstante, evitó concretar responsabilidades y prometió que los trabajos de recuperación se prolongarían toda la noche para restablecer cuanto antes la normalidad.
Álvarez explicó que el sistema dispone de protocolos para desconectar grandes consumidores industriales en caso de sobrecarga, pero esta vez las medidas de contención resultaron insuficientes. «El año pasado ya se vivieron dos episodios de riesgo extremo, pero entonces se lograron evitar apagones. Esta vez algo ha fallado, y habrá que reforzar los mecanismos de protección», advirtió.
