Los parques fotovoltaicos están ocupando cada vez más la superficie agraria útil de España, con un aumento del 166% en los últimos ocho años. Según el Ministerio de Agricultura, se espera que la superficie dedicada a paneles solares se duplique en los próximos años, lo que ha generado preocupación en la asociación SOS Rural, que advierte sobre las graves consecuencias ambientales.
SOS Rural ha denunciado que los paneles fotovoltaicos «esterilizan el campo y aumentan el riesgo de incendios». Según la asociación, la instalación de estos paneles altera el entorno natural, ya que el uso de pesticidas agresivos impide el crecimiento de plantas y recalienta el suelo, transformando el paisaje agrícola en uno «yermo».
Ante esta situación, la asociación rural exige «un marco regulatorio nacional que ponga fin al descontrol de las mega plantas fotovoltaicas». Señalan que reemplazar la actividad agrícola por instalaciones industriales está provocando un impacto ambiental grave, dejando el suelo «inerte, recalentado y estéril» para el cultivo, además de contribuir a la desaparición de especies autóctonas de flora y fauna.
Respecto al riesgo de incendios, «cada vez más expertos expresan su preocupación», ya que entre 2022 y 2023 se registraron «más de mil incendios» en estas instalaciones, la mayoría durante su primer año de operación. SOS Rural recuerda especialmente el incendio ocurrido este verano en la planta de Talaván (Cáceres), que afectó a unas 870 hectáreas de pasto.
