La candidata del Partido Popular a la Presidencia de la Junta de Extremadura, María Guardiola, ha sido protagonista esta semana tras atacar a VOX —y de paso a sus compañeros de partido que han llegado a pactos con la formación de Santiago Abascal— tras la fallida constitución de la Asamblea de la región.
«Yo no puedo dejar entrar en gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quiénes usan el trazo gordo, a quiénes están deshumanizando a los inmigrantes, y a quiénes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI«, afirmó Guardiola, mencionando los supuestos escollos que le han impedido llegar a un acuerdo con VOX.
Al margen de la caricatura —al estilo progresista— que la candidata del PP proyectó sobre la formación de Abascal, Extremadura se enfrenta a verdaderos y profundos problemas; y, entre ellos, no están, como pareció apuntar Guardiola, los tres pecados que achacó a VOX: a saber, «machismo», «racismo» y «LGTBfobia».
Paro
Extremadura es una de las regiones de España que más sufre el desempleo. Según recoge Expansión, si acudimos a la EPA para comprobar las cifras de desempleo en Extremadura, vemos que tiene un porcentaje de paro del 19,5% de la población activa, una tasa superior a la nacional, y que es una de las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de paro.
Pobreza
Extremadura es la región de España con mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza ―sólo superada por Ceuta y Melilla―, el 30% en 2022; el doble que Aragón y el triple que Navarra. Más de 300.000 extremeños se encuentran en esta situación precaria.
Por otro lado, según Expansión, el PIB de la región fue de 20.117 millones de euros en 2021 , lo que la sitúa como la 15ª economía de España por volumen de PIB. En cuanto al PIB per cápita, que es un buen índicador de la calidad de vida, en Extremadura en 2021, fue de 19.072 € euros, frente a los 27.870 € euros de PIB per cápita en España. Se encuentra en el puesto 17 respecto al total de las Comunidades Autónomas, lo que indica que sus habitantes tienen un bajo nivel de vida en comparación con la media de España.
Éxodo poblacional
Extremadura tiene una población de 1.051.738 habitantes, es decir es la 13º Comunidad de España en cuanto a población se refiere, siendo la quinta con mayor superficie. Eso quiere decir, por tanto, que está poco poblada. Con 25 habitantes por Km2 mantiene una muy baja densidad si la comparamos con la densidad de población de España y la del resto de regiones.
Por si fuera poco, Extremadura perderá más del doble de población en edad laboral hasta 2030 que la Unión Europea, según un estudio realizado por la Dirección General de Política Regional y Urbana de la Comisión Europea, que prevé un paulatino envejecimiento de ese segmento de la población.
La publicación concreta que este fenómeno demográfico, aunque será generalizado, «afectará a unas zonas de la Unión Europea más que a otras, y entre las primeras estará Extremadura, para la que se pronostica que perderá en el transcurso de esta década más del 10% de personas en edad de trabajar ―definida como aquellas entre los 20 y los 64 años―».
En términos absolutos significará que en el horizonte de 2030 habrá cerca de 67.000 extremeños menos en esta franja de los que habitaban la región en 2020.
Natalidad
La tasa de natalidad ―número de nacimientos registrados por cada mil habitantes― en 2021 fue de 6,87, por debajo de la media nacional, ya de por sí baja, que está en 7,12; por otro lado, la tasa de natalidad en madres extranjeras en la región es de 15,1 en 2021, cuando la media nacional es de 13,5.
Esperanza de vida
Extremadura tampoco sale bien parada en cuanto a esperanza de vida, una cuestión en la que un factor determinante es el estado de la sanidad, situándose en el puesto 16 entre las regiones de España, con 82,14 años, lejos de los 84,63 de la Comunidad de Madrid, que encabeza la lista.
Comunicación
Otra cuestión pendiente en esta región son las comunicaciones. Mientras gran parte de España cuenta ya con líneas de trenes de alta velocidad, Extremadura carece de línea de AVE. Esta cuestión es una tarea pendiente de todos los gobiernos que han pasado por la Junta, un factor que de solucionarse dinamizaría la economía extremeña.
Como hemos visto, Extremadura tiene —y sólo hemos citado unos cuantos— verdaderos problemas que hay que solucionar sin demora. No parece que entre lo que quita el sueño a sus habitantes esté la bandera LGTB, la violencia machista — cero víctimas mortales en lo que va de año, seis en los últimos 10 años—, o el racismo —hay un 3,3% de extranjeros, la región que menos tiene, cuando la media nacional es de 11,6—; no creo, señora Guardiola, que sus paisanos le perdonen de perseverar en sus exigencias del barrio de Malasaña.
