La presión migratoria sobre las Islas Canarias permanece. La última marca histórica se registró este lunes, cuando llegó a Gran Canaria el mayor cayuco de la historia de la isla (con 231 inmigrantes ilegales a bordo, todos de origen subsahariano y registrando su origen en Gambia). En menos de cinco años, Canarias ya acumula más de 130.000 inmigrantes ilegales y casi 2.800 embarcaciones.
El estallido migratorio en el archipiélago tiene su origen en 2020, cuando llegaron un total de 23.271 inmigrantes ilegales. A partir de ahí todas las rutas en el Atlántico se activaron, tanto las que parten desde el SAHEL como aquellas que registran su punto de partida en el Sáhara o en costas marroquíes.
El año 2021 se cerró con la entrada ilegal de más de 22.000 inmigrantes ilegales en más de 540 embarcaciones, según datos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras (CGEF) de la Policía Nacional.
Un año después, en 2022, la presión migratoria sobre Canarias se contuvo ligeramente fruto de unas condiciones climatológicas adversas y de una oleada migratoria que se centró sobre todo en territorio peninsular con embarcaciones procedentes de Marruecos y Argelia. Pero llegaron ilegalmente un total de 15.682 inmigrantes ilegales en 350 embarcaciones.
El año pasado se produjo un nuevo un estallido que se cerró con casi 40.000 inmigrantes ilegales y más de 600 embarcaciones sobre el archipiélago. La oleada permanece en 2024: ya han llegado más de 33.000 inmigrantes y casi 500 embarcaciones.
Este año podría acabar con más de 46.000 inmigrantes ilegales en Canarias, según un informe de FRONTEX. Estos datos supondrían un aumento superior al 15% con respecto a 2023 y llevarían al archipiélago a superar los 150.000 inmigrantes ilegales en tan sólo cinco años.