Andalucía está experimentando en las últimas semanas una oleada migratoria procedente de Marruecos y Argelia que afecta a las provincias de Almería, Granada y Málaga, y que ha llevado a la región superar los 6.000 inmigrantes ilegales en lo que va de año.
La mayor parte de esta oleada migratoria se ha centrado sobre costas almerienses, donde desde el 14 de octubre se ha cuantificado la llegada de 43 embarcaciones procedentes de territorio argelino con un total de 402 inmigrantes ilegales, según las diligencias policiales.
Entre las nacionalidades llegadas a Almería se encuentran argelinos –en su mayoría– y nacionales de Bangladesh y Siria, circunstancia que preocupa a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) consultados por La Gaceta de la Iberosfera. «Nos preocupa el origen, ya que se trata de áreas de alta radicalización islámica, y la compleja actitud de los nacionales de Siria. Algunos se niegan a ser reseñados, lo que dificulta un correcto seguimiento de estos perfiles», afirma Héctor Gómez, secretario provincial de JUPOL en Almería.
La provincia de Cádiz también está experimentando una llegada incesante de embarcaciones y motos acuáticas procedentes del área norte de Marruecos. La presión migratoria se centra en el área de El Estrecho más cercana a costas marroquíes y afecta sobre todo a las costas de la localidad de Algeciras. En las últimas dos semanas se han registrado en la ciudad hasta nueve diligencias policiales relacionadas con la inmigración ilegal que reflejan la llegada de 59 inmigrantes ilegales, nueve de ellos a bordo de motos acuáticas.
En Granada y Málaga la llegada de pateras se ha producido desde la zona de Nador y Bahía de Alhucemas. En esta parte del litoral andaluz se ha detectado la entrada de seis embarcaciones (cinco en la primera y una en Málaga) con un total de 53 inmigrantes ilegales de nacionalidad marroquí.
Así, en dos semanas han llegado a Andalucía casi 60 embarcaciones que han dejado más de medio millar de inmigrantes ilegales. Y de nuevo las costas de Almería, un área del litoral andaluz que sigue registrando una alta presión logística –más de 350 pateras en lo que va de año–, se han llevado la peor parte.
