El Gobierno de España, liderado por Pedro Sánchez, ha adquirido una canasta móvil de baloncesto para La Moncloa valorada en 1.995,95 euros (sin impuestos). Proyectos Y Distribuciones Industriales Madrileñas SL ha sido la empresa adjudicataria de este contrato publicado hace escasos días en la plataforma de contratación del sector público.
El adjudicador ha sido la Subdirección General de Gestión Económica y Oficina Presupuestaria, que forma parte de la Subsecretaría de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Esta compra la ha realizado en Gobierno en pleno estallido del caso Koldo, que ya implica a gran parte de los ministros en una trama de corrupción internacional.
No es ninguna novedad que el presidente del Gobierno siempre ha sido un gran amante de esta disciplina deportiva, lo que le ha llevado a realizar polémicos movimientos en beneficio de sus amigos y excompañeros. Tal y como publicó OkDiario, el Gobierno concedió en pandemia un contrato de respiradores a una empresa sin experiencia en material sanitario, en la que un alto directivo era el vicepresidente del Estudiantes (su exequipo): Miguel Ángel Panduro Panadero, vinculado al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono.
Sánchez se ocupa, personalmente, de dejar constancia cada vez que tiene la oportunidad de su pasado como jugador de baloncesto del Estudiantes. La galería fotográfica del presidente con la camiseta de su club favorito, al que perteneció en su juventud, es muy amplia. Pero esa relación va más allá en el caso de alguno de sus amigos del círculo íntimo del instituto Ramiro de Maeztu y del Estudiantes, dos entidades muy vinculadas entre sí en las que Sánchez pasó toda su infancia y juventud.
El baloncesto ha sido un elemento recurrente en la trayectoria personal y política de Sánchez. Una figura clave en su relación con este deporte es Pepu Hernández, exseleccionador español de baloncesto y antiguo entrenador del propio Sánchez en su etapa juvenil en el Estudiantes. Años más tarde, el presidente apostó por Hernández como candidato del PSOE para la alcaldía de Madrid, una decisión que se consideró personal y que, aunque fracasó en términos electorales, evidenció cómo Sánchez mantiene su red de relaciones deportivas en el ámbito político.