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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Piden seis años de prisión para el jefe de la Policía Municipal en Lavapiés

Los hechos se juzgarán el próximo 9 de mayo en la Audiencia Provincial de Madrid.

La Fiscalía de Madrid solicita seis años de cárcel para Juan Manuel G. M., el oficial responsable de la unidad Centro Sur de la Policía Municipal de Madrid -que incluye, entre otras zonas, el barrio de Lavapiés- por un presunto delito de coacciones y falsedad documental que habría cometido en 2012 cuando era jefe de la Policía Local de Galapagar.
Junto a él también está acusado el jefe de Servicio y agente de este Cuerpo, José V. P., para el que el Ministerio Público pide cuatro años de cárcel. Además se pide para ambos una inhabilitación durante cuatro años. Tal y como informa El País, los hechos se juzgarán el próximo 9 de mayo en la Audiencia Provincial de Madrid.
A finales de diciembre de 2012, los dos acusados pusieron en marcha un dispositivo para impedir la celebración de una supuesta macrofiesta de Nochevieja ilegal que se iba a celebrar en la Finca ‘Villasolita’ de Galapagar. Pero al llegar se percataron de que allí no había ninguna fiesta. Fue entonces cuando se trasladaron unos 400 metros, hasta la calle de la Fuente el Puerco número 24, propiedad de Juan B. P.
El jefe de Servicio, a instancias de Juan Manuel G. M., redactó un acta de inspección en materia de espectáculos públicos y actividades recreativas y un acta de denuncia por celebrar una fiesta ilegal. La Fiscalía ha revelado que el acusado hizo constar en los documentos “hechos, a sabiendas de no ser concordantes con la realidad, tales como que la finca disponía del nombre ‘Fiesta del Campillo’ o que existían menores consumiendo alcohol en su interior».
«En el momento en el que el acusado instó a los agentes a firmar las actas, estos se negaron pese a la insistencia del primero, al considerar que el contenido de dichos documentos no se ajustaba a la realidad, tachando su firma el agente», recoge el escrito de la Fiscalía.
Ante la persistencia de los agentes en negarse a firmar las actas, el jefe de la Policía Local mantuvo conversaciones con todos ellos, en las cuales «presionó con el fin de amedrentar la voluntad de los mismos y conseguir que estos firmaran, sin llegar a conseguir su propósito». «Por ello, confeccionó nuevas actas», añade.

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