Varios cargos de Podemos han llamado al boicot del festival Eurovisión por no vetar la participación de Israel en el certamen musical, país al que acusan de perpetrar un genocidio en Gaza.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha reclamado que Israel debería «estar vetado» de cualquier actividad internacional como medida de presión para que cese «el genocidio contra el pueblo palestino». Y, por tanto, «todos los países deberían pedir su exclusión de Eurovisión».
También a través de X (Twitter) el diputado y coportavoz de la formación morada, Javier Sánchez Serna, ha censurado que la presencia de Israel en Eurovisión revela la «hipocresía europea hecha festival».
«Boicot a Eurovision y a todos los cómplices del genocidio de Gaza», ha lanzado en las redes sociales. En la misma línea se ha expresado el nuevo secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández: «tendremos que vetar Eurovisión».
En la cuenta oficial del partido en la red social, Podemos denuncia que la presente edición de Eurovisión permite la participación de Israel, algo que tildan de «hipocresía» y «doble vara de medir» que son «intolerables» al recordar que el certamen sí excluyó a Rusia por la invasión a Ucrania. «Boicot ya. Sanciones a Israel ya. Hay que parar el genocidio», recalca la formación.
El exportavoz en el Congreso Pablo Echenique ha afirmado que «Eurovisión tiene las manos manchadas con la sangre de un genocidio». En consecuencia, ha defendido que no solamente los telespectadores debería «boicotear» el festival, sino que «deberían bajarse» del certamen musical sus participantes.
De esta forma, Podemos se suma a la petición de diversos artistas de Islandia y Finlandia que reclaman la exclusión de Israel de esta edición de Eurovisión, que se celebrará en la ciudad sueca de Malmö. En el país anfitrión, mil músicos han firmado un escrito donde exigen la salida de Israel del festival.
En la edición de 2019 los representantes de Islandia en Eurovisión exhibieron la bandera palestina durante la emisión del certamen que se celebraba en la ciudad israelí de Tel Aviv, lo que motivó que el país nórdico fuera sancionado por la organización.
