Doña Sofía ha puesto en valor la educación de los centros católicos españoles, poniendo de relieve su importancia no solo en la formación académica, sino también en la transmisión de valores.
Una representación de Escuelas Católicas Castilla y León ha entregado hoy en el Palacio de la Zarzuela su Premio Extraordinario a la Reina Sofía, quien ha elogiado la educación que imparten los centros católicos españoles, los valores que transmiten y el papel protagonista que otorgan a las familias.
Según ha informado Escuelas Católicas Castilla y León (ECCL) en un comunicado, doña Sofía se ha interesado asimismo por el papel en favor de la inclusión que ejercen estos centros educativos, que se caracterizan por «la multiculturalidad y la apertura de las aulas a todo tipo de alumnos».
El presidente de ECCL, Máximo Blanco, encabezaba la delegación recibida en audiencia por la Reina Sofía, que estaba compuesta por siete representantes, entre ellos el presidente de Escuelas Católicas Nacional, Juan Carlos Pérez Godoy, y su secretario general, José María Alvira.
Esta organización otorga cada año premios para reconocer la labor de centros concertados católicos de la región y sus profesionales, además de un premio extraordinario para distinguir a una persona o institución por su labor en materia educativa, galardón que en la edición de 2017 recayó en doña Sofía.
Con este premio extraordinario, que la Reina Sofía no pudo recoger en Valladolid cuando se celebró la entrega de los galardones de 2017, ECCL quiso reconocer «su enorme labor con los más necesitados, su compromiso social y su impulso de la educación y la cultura», así como la contribución de la fundación que lleva su nombre «para que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad».
El jurado destacó la «trayectoria solidaria y comprometida» de la Reina Sofía, su lucha «por el progreso, bienestar y justicia de la sociedad» y sus «múltiples proyectos socioeducativos» para transmitir «valores positivos que ayuden a mejorar el desarrollo integral de la infancia».
Tras recoger el premio, doña Sofía, además de agradecer el reconocimiento de la labor social de su fundación, ha «valorado positivamente la educación de los centros católicos españoles, poniendo de relieve su importancia no solo en la formación académica, sino también en la transmisión de valores» y en «el papel protagonista de las familias»
