Felipe VI ha trasladado su firme respaldo a los jueces como «garantía última de los derechos y libertades» de los ciudadanos y «factor esencial para el respeto de la ley como expresión democrática de la voluntad» de todos ellos.
El Rey ha manifestado este mensaje de apoyo y confianza ante la cúpula judicial, durante la ceremonia de entrega de los despachos a la nueva promoción de jueces que ha tenido lugar en el Auditori de Barcelona.
Sus palabras llegan unas semanas después del linchamiento constante y el acoso al que está siendo sometido el juez que instruye la causa del ‘procés’ en el Supremo, Pablo Llarena, a manos de los independentistas. El instructor ha tenido que soportar pintadas amenazantes en su vivienda, la filtración de datos privados de su familia, e incluso ser señalado por TV3.
El jefe del Estado ha dicho ser consciente de «la dificultad y la responsabilidad» de la tarea de los jueces, y ha elogiado su «independencia, rectitud, imparcialidad y sólido sentido de la justicia».
«Gozáis del respaldo de todos para que vuestra actuación responda fielmente a las expectativas depositadas en la labor de juez, como garantía última de los derechos y factor esencial para el respeto de la ley, como expresión democrática de la voluntad de los ciudadanos», ha asegurado don Felipe, a quien los asistentes, en pie, han brindado una cerrada ovación.
Sin autoridades políticas
En un acto sin autoridades políticas para realzar la independencia de la judicatura, junto al Rey han estado el titular de Justicia, Rafael Catalá -en su condición de ministro de jornada-; el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes; y el fiscal general del Estado, Julián Sánchez Melgar.
También han asistido el magistrado del Supremo Pablo Llarena, el instructor de la causa por el «procés», su esposa y directora de la Escuela Judicial, Gema Espinosa, y el jefe de los Mossos d’Esquadra, Ferran López, entre otros.
El acto se ha celebrado en un contexto de especial tensión entre el Poder Judicial y los partidos independentistas catalanes a cuenta del procesamiento de los principales líderes independentistas, algunos en prisión, como Oriol Junqueras o Jordi Sànchez, y otros fugados, como el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
El Rey no ha hecho ninguna referencia expresa al desafío secesionista, pero sí ha mencionado en varias ocasiones la Constitución como «norma fundamental del ordenamiento jurídico» y que considera al juez una figura «independiente, inamovible, responsable y sometido únicamente al imperio de la ley».
«El Estado de derecho implica que la función de los jueces, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, ha de estar guiada por la tutela de los principios constitucionales, lo que os coloca en una posición clave en la sociedad como servidores públicos que salvaguardan y garantizan los derechos y libertades de todos los ciudadanos», ha asegurado.
Don Felipe ha señalado que la buena formación de los jueces es «condición necesaria para el acierto de sus resoluciones».
Pide a los nuevos jueces un ‘especial sentido’ del deber
«La garantía efectiva del Estado de derecho, sin el cual no cabe el progreso de las sociedades, requiere esa justicia de calidad que la Constitución propugna. La Corona no es ajena a esa aspiración común», ha añadido el Monarca, que ya estuvo en la entrega de diplomas en 2015 y 2016, en la última ocasión, junto a Puigdemont.
A los 65 nuevos jueces, de los que 17 van a ser destinados a Cataluña, les ha animado a ejercer su función con «la gran dignidad que merece» y con «un especial sentido del deber y de entrega.
Ante las banderas de España, Cataluña, la UE y todas las comunidades autónomas, ha enfatizado que los jueces en este país cuentan con «una larga y sólida tradición de profesionalidad» por su «valía y saber».
En su «ejercicio indispensable en el Estado social y democrático de derecho», don Felipe ha reiterado que «siempre podrán contar con la confianza y el apoyo de la Corona».
En las intervenciones previas, tanto Lesmes como Espinosa han agradecido al Rey su presencia en Barcelona, que ha motivado algunas protestas de grupos secesionistas en los alrededores del Auditori entre fuertes medidas de seguridad.
Es la segunda visita a Cataluña del Rey en lo que va de año y desde la votación ilegal del pasado 1 de octubre, después de que estuviera en Barcelona a finales de febrero en la inauguración del Mobile World Congress.
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