En plena crisis causada por la inmigración ilegal en España el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este martes desde Mauritania que la migración no debe entenderse nunca como un problema sino como «una necesidad que implica ciertos problemas» para los que hay que buscar soluciones que permitan que sea regular y ordenada y beneficiar tanto al país de origen como al de acogida.
Así se ha pronunciado en una declaración sin preguntas en Nuakchot junto con el presidente de Mauritania, Mohamed Uld Ghazuani, en la que ha anunciado la firma de un memorándum de entendimiento con este país para proyectos de «migración circular» —contratación temporal de trabajadores para determinados sectores— y el refuerzo de la colaboración en materia de seguridad y de lucha contra el crimen organizado.
En concreto Sánchez ha anunciado que planea crear 250.000 puestos de trabajo para migrantes «circulares», asumiendo que con ello podrá remediarse en alguna medida la invasión de migrantes ilegales que afronta el país actualmente y que ha encendido las alarmas en Canarias.
El presidente ha asegurado que España, como país que fue hasta no hace tanto de emigrantes, entiende bien la cuestión de la migración. «Por eso para nosotros el fenómeno de la migración es una cuestión de principios morales, de solidaridad y de dignidad», ha defendido, incidiendo en que «también es un asunto de pura racionalidad porque la contribución de los trabajadores migrantes a nuestra economía es fundamental, como lo es también el sostenimiento de la seguridad social o de nuestro sistema público de pensiones».
Así pues, ha recalcado ante el presidente mauritano, «para España la migración es riqueza, es desarrollo y es prosperidad» y ha subrayado que «pese al discurso que desgraciadamente también está empezando a tener mayor presencia en Europa, la migración no es un problema, es una necesidad que implica ciertos problemas».