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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Traumatólogos, fisioterapeutas y podólogos contra las lesiones de costaleros

Los costalero en la calle Feria de Sevilla

Traumatólogos, fisioterapeutas y podólogos ofrecen diversos consejos a los costaleros para evitar lesiones durante su actividad en las procesiones de Semana santa, un ejercicio que supone un esfuerzo físico intenso y conlleva riesgo para la salud.

Los costaleros soportan una media de 35 kilos en cada paso, durante un periodo de dos, cuatro o seis días, y factores como el estrés, falta de preparación previa y un estado de salud no acorde con el esfuerzo a realizar, influyen en el riesgo de lesiones, señala el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

Su recomendación para los costaleros, especialmente a los menores de 21 años y mayores de 45, grupo de mayor riesgo de lesiones, es realizar entrenamiento y actividad física adaptada y supervisada, combinada con tratamiento de fisioterapia.

Entre las lesiones más frecuentes que pueden sufrir se encuentran los esguinces de rodilla o tobillo, las lumbalgias o incluso las roturas de menisco, como consecuencia del incremento del esfuerzo físico exponencial en poco tiempo y, en muchos casos, una mala distribución del peso bajo el paso.

Para evitarlo, los fisioterapeutas aconsejan que, durante la marcha, mantengan la cabeza erguida y la mirada al frente para prevenir posibles lesiones en el cuello, así como para contraer la musculatura abdominal y lumbar, y llevar una postura correcta.

La pisada debe realizarse con toda la planta del pie, sin flexionar del todo las articulaciones de muñeca y codo, advierten estos profesionales de la salud, quienes recuerdan la importancia de utilizar medidas de protección como fajas o vendajes sobre las partes susceptibles de aguantar mayor carga.

Tras la procesión, tal y como sucede en otro tipo de deportes o actividades físicas, se recomienda parar lentamente y realizar estiramientos, y seguir moviéndose a un ritmo más lento para enfriar los músculos progresivamente y evitar la aparición de dolencias.

El doctor Manuel Vides, jefe de servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica de Hospiten Estepona, en Málaga, aconseja a los costaleros entrenamiento durante todo el año, como, por ejemplo, en la preparación de un maratón, por el «esfuerzo físico de alta intensidad que realizan en un breve periodo de tiempo».

Este médico señala que tras la Semana Santa ve en su consulta a pacientes aquejados de dolencias relativas a columna, lesiones ligamentosas, hematomas en hombro y esguinces de tobillo.

Este traumatólogo insiste en planificar cualquier actividad física, como es el caso de los costaleros, con tres periodos distintos: uno de preparación de unos seis meses, otro competitivo en el momento de las procesiones, y un tercero posterior de transición una vez concluida la actividad.

Desde el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana, se pone el acento en el cuidado de los pies de los costaleros al finalizar las procesiones.

Al terminar la jornada, advierten estos especialistas, para el cuidado de los pies, «conviene realizar baños de contraste de agua tibia y agua fría para desinflamar la zona y mejorar la circulación de la sangre».

Tras el baño, aconsejan «secar muy bien los pies, prestando atención al espacio interdigital; e hidratar para que la piel de los pies quede elástica».

Si aparecen ampollas, añaden, «no deben explotarse ni retirar la piel porque protege de posibles infecciones; deben ser limpiadas con un antiséptico y dejarse secar al aire libre, si es posible».

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