El sindicato «Tu Abandono Me Puede Matar» ha denunciado un nuevo episodio de violencia en el Centro Penitenciario de Huelva, donde un funcionario fue agredido por un interno de origen magrebí durante la tarde del pasado lunes. El suceso, que se produjo en uno de los módulos de alta conflictividad de la prisión, pone nuevamente de relieve la situación de inseguridad a la que se enfrentan los trabajadores del sistema penitenciario.
Según la información proporcionada por el sindicato, el interno, conocido por su conducta conflictiva en este y otros centros, regresaba a su celda tras haber sido sancionado por un incidente previo. En el momento de entrar en su mazmorra, se giró repentinamente y, utilizando una lata de refresco partida y afilada, intentó atacar al funcionario apuntando a su cuello. El trabajador logró esquivar parcialmente la agresión, aunque recibió un corte en la nariz. A pesar de la rápida intervención de otros compañeros, que acudieron en su ayuda, el funcionario sufrió varias heridas de distinta gravedad y contusiones antes de que el agresor fuera finalmente reducido y trasladado a otras dependencias.
El funcionario recibió atención médica inicial por parte del equipo sanitario del centro penitenciario, aunque esta tuvo que realizarse mediante una videollamada, ya que no había un médico presente físicamente. Posteriormente, el trabajador fue trasladado a su centro médico de referencia para continuar su tratamiento.
El sindicato «Tu Abandono Me Puede Matar» ha aprovechado este incidente para reiterar sus críticas hacia la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, a la que acusan de mantener un Protocolo de Agresiones obsoleto que no protege adecuadamente a los funcionarios. Además, han renovado su exigencia de que se reconozca a los trabajadores penitenciarios como Agentes de la Autoridad, lo que les otorgaría una mayor protección legal ante este tipo de situaciones.
Desde el sindicato también han manifestado su solidaridad con el funcionario agredido, deseándole una pronta recuperación tanto física como psicológica, y han destacado su profesionalidad a pesar de las condiciones de riesgo a las que se enfrentan los empleados penitenciarios en su labor diaria.
