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Se enfrenta a una posible condena de nueve años de prisión por tentativa de asesinato

Un okupa marroquí detenido por dar cuatro martillazos en la cabeza a un hombre en Valladolid dice que no recuerda nada

El okupa que dio cuatro martillazos a otro en la cabeza dice no recordar nada a causa del consumo de karkubi - Europa Press

Un hombre de origen marroquí, acusado de intentar asesinar a un compatriota con cuatro martillazos en la cabeza el pasado mes de marzo en Valladolid, ha afirmado no recordar lo sucedido debido a los efectos de una droga conocida como «karkubi», también llamada la «droga de los pobres», una mezcla de hachís y un medicamento que es originaria de Marruecos.

El acusado, R.A., se enfrenta a una posible condena de nueve años de prisión, de los cuales ocho corresponden a un cargo de tentativa de asesinato y uno a amenazas. Además, se le ha impuesto una multa de 360 euros por lesiones leves. La fiscal del caso ha ratificado su solicitud de pena, que también incluye una indemnización de 6.105 euros para la principal víctima y otros 200 euros para una segunda persona afectada.

Durante su interrogatorio en la Audiencia de Valladolid, en un juicio que ya ha quedado visto para sentencia, el acusado declaró no recordar con claridad los hechos. Según el relato inicial, los incidentes comenzaron la madrugada del 9 de marzo, cuando, en medio de una discusión relacionada con drogas, el agresor supuestamente agarró por el cuello a uno de los habitantes del edificio en ruinas donde vivían, situado en el Páramo de San Isidro. El fuego que se desató en otra planta del inmueble, presuntamente causado de manera intencional por el mismo hombre, también formó parte de los hechos que R.A. dijo no recordar.

El incidente más grave tuvo lugar al día siguiente, sobre las 16.20 horas, cuando el agresor regresó al piso que compartía con las víctimas y un tercer inquilino, mientras estos comían cerca de un hornillo. Sin previo aviso, R.A. se situó detrás de una de las víctimas y le golpeó en la cabeza con un martillo que llevaba oculto.

A lo largo del juicio, el acusado se defendió afirmando que no podía acordarse de los sucesos y que no sería capaz de tal agresión. Según explicó, en ese momento estaba bajo los efectos del «karkubi» y la cocaína, lo que habría alterado su capacidad para actuar de manera consciente.

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