El panorama de representación estudiantil en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha experimentado un cambio significativo tras las recientes elecciones a órganos universitarios. Por primera vez, el sindicato Estudiants pel Canvi ha logrado irrumpir en la Junta de Facultad de Filosofía y Letras, rompiendo la hegemonía de las formaciones separatistas y de izquierda radical que durante años han dominado la vida política del campus.
La entrada de este sindicato de perfil patriota en uno de los centros más simbólicos del activismo separatista supone un giro inédito en la política universitaria catalana. Desde Estudiants pel Canvi califican el resultado como un «paso histórico» en su objetivo de «recuperar la universidad» y «derribar el muro separatista» que, según denuncian, ha condicionado el debate académico y la convivencia en las aulas.
La Facultad de Filosofía y Letras, históricamente asociada al activismo separatista catalán, ha sido durante décadas uno de los espacios más cerrados a cualquier forma de disidencia política no alineada con el independentismo. En ese contexto, los miembros de Estudiants pel Canvi celebran haber logrado representación como un ejemplo de que el cambio es posible incluso en los entornos más hostiles.
«Esto no es sólo un escaño, es la señal de que una nueva etapa ha comenzado», señalan desde la organización estudiantil. «Muchos alumnos llevaban años sin sentirse representados ni escuchados. Hoy tienen voz».
El sindicato ha subrayado que esta victoria electoral no sólo supone una conquista simbólica, sino también una oportunidad para iniciar una transformación profunda del entorno universitario catalán. Apuntan a la necesidad de abrir espacios de libertad ideológica, combatir el sectarismo político en las aulas y defender una universidad plural, abierta y respetuosa con todas las sensibilidades.
Con esta entrada en los órganos de gobierno, Estudiants pel Canvi se consolida como una alternativa real al discurso dominante en la UAB. «Estamos cambiando su tablero», afirman, en alusión a lo que consideran el inicio de una reconstrucción cultural y política en la universidad catalana.
Desde otras formaciones estudiantiles aún no ha habido respuesta oficial, pero el avance del sindicato patriota promete abrir un nuevo capítulo de tensiones y debates en el seno de la vida académica catalana.
