«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
«Nos venían a buscar en coche y nos decían 'vamos a tomar algo'...»

Una joven extutelada por la Generalidad de Cataluña, sobre la niña de 12 años violada por un pedófilo: «No es la única. Es algo que se normaliza en los centros»

Sede de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia). Europa Press

«Normalmente son hombres mucho mayores. Podemos hablar de 30 y hasta 50 o 55 años». Este es el testimonio de una joven extutelada por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia) de la Generalidad de Cataluña, a la que no le ha sorprendido la violación a una niña de 12 años que también estaba bajo la custodia de la Dgaia. «No es a la única niña a la que le ha pasado esto. Yo ya había vivido estas situaciones y es algo que se normaliza a veces en los centros«, señala la joven, según recoge 3cat.

«Nos venían a buscar en coche y nos decían ‘vamos a tomar algo’… Yo me di cuenta de lo que estaba pasando y empecé a sentirme muy mal», manifiesta. «Había chicas que habían sido violadas por hombres (…). Cuando tú atacas a alguien, nunca lo harás a alguien fuerte, irás siempre a lo más débil. Y los menores que viven en los centros son muy débiles«.

La Fiscalía Provincial de Barcelona solicitó 107 años y medio de prisión para un individuo acusado de agredir sexualmente a una menor de edad tutelada por la Generalidad y ofrecerla a terceros a través de plataformas para que mantuviesen relaciones sexuales con ella. En el momento de los hechos, la menor tenía 12 años y estaba a cargo de la Dgaia de la Generalidad de Cataluña. El acusado tenía 40 años.

El agresor contactó con la menor, nacida en 2007, a través de la aplicación Badoo en mayo de 2020 y, posteriormente, comenzó a hablar con ella por Instagram y otras redes sociales, y la convenció para que le enviase fotos de contenido sexual. Finalmente, ese mismo año se citó con la menor en un centro comercial de la provincia de Barcelona, desde donde la trasladó hasta su casa y la agredió sexualmente. A partir de entonces y hasta 2021 tuvo encuentros con la víctima en el domicilio del ahora procesado. La obligó a que se dejase fotografiar y grabar durante las prácticas sexuales, imágenes que colgó en redes sociales como reclamo para que otros pederastas mantuviesen relaciones con la menor en su presencia.

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