El exconsejero Santi Vila ha reclamado este miércoles que se libere a los separatistas presos y se permita el regreso de los dirigentes en el extranjero como primer paso para recuperar un diálogo que, a largo plazo, pueda llevar a resolver el conflicto catalán y evite una «involución de derechos y libertades».
Vila ha hecho esta reflexión durante la presentación de su libro «De héroes y traidores» en «La Casa del Libro», en Barcelona.
El acto lo ha conducido el director de La Vanguardia, Màrius Carol, y entre el público se encontraban el presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà; el líder del PSC, Miquel Iceta; el excompañero de Gobierno de Vila y líder de Units per Avançar, Ramon Espadaler; el exeurodiputado popular Santiago Fisas, y el presidente del Grupo Planeta, José Crehueras.
«No saldremos de esta situación mientras haya políticos en prisión y el ‘president’ esté en Bruselas. Cualquier intento de moderación es rápidamente apaleado. Todo el mundo está alterado y es lógico», ha asegurado.
Vila ha eludido señalar qué parte del conflicto tiene más culpa del actual bloqueo institucional en Cataluña: «Los que intentamos hacer de puente seguramente podríamos hacer una lista de desaires a lado y lado».
Sin embargo, ha avisado de que «hasta que los ánimos no se serenen» la discusión política no podrá cambiar los sentimentalismos por «la normalidad bajo el imperio de la razón».
El exconsejero ha explicado que escribió este libro porque sentía la necesidad de explicarse, por lo que se trata de un ejercicio «reparador y terapéutico», que también pretende ser «una pieza más del mosaico que fue toda la legislatura pasada y la crisis final que llevó al colapso institucional».
En este sentido, ha relatado que la mencionada crisis, a su entender, empezó a partir de un diagnóstico dispar de lo ocurrido en el referéndum ilegal del 1 de octubre, cuando una parte del Ejecutivo regional defendió seguir adelante, mientras que la otra -en la que estaba él- alertó de que también se debía «atender» a la mitad de la sociedad que estaba «perfectamente instalada en el orden constitucional».
«Esa semana tuvimos una ventana de simpatía al mundo. Lo estropeamos», ha apostillado Vila, para quien la labor policial «provocó una complicidad global con la causa catalana que no se supo aprovechar».
A partir de ahí, el exconsejero ha lamentado las presiones al Gobierno catalán desde perfiles anónimos en las redes sociales, así como también por parte de «cargos electos con nombre y apellidos que hablaban de monedas, que desembocaron en la fatídica noche del 26 de octubre», cuando él anunció su salida del Ejecutivo, en el que ha descrito como «el momento más triste» de su carrera política.
Durante la presentación, el director de La Vanguardia, Màrius Carol, ha criticado que se llame traidor a Vila por haber dejado el Ejecutivo catalán antes de la declaración unilateral de independencia: «Como si en algún lugar estuviera escrito que cuando te asomas al precipicio te tienes que lanzar obligatoriamente al vacío».
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