VOX ha denunciado en el Ayuntamiento de Barcelona el adoctrinamiento sexual a menores y ha exigido que algunos libros que blanquean la pederastia y el incesto sean retirados de las bibliotecas públicas. En concreto, han mencionado obras como Mi padre se fue con un señor de Zaragoza, de Rubén Guallar, que en la propia contraportada lanza el mensaje de que durante la historia un hombre llamado Sebastián «le mete la lengua en la boca» a Fermín, un niño de nueve años.
No es el único libro al que la formación conservadora ha hecho referencia. Títulos como La mirada d’Ahmed, El casament, El meu pare es pensa que soc un noi, —que habla sobre un padre que se piensa que su hija es un niño—, Mamo, Paula tiene dos mamás, La nana amb dos pares (con frases como «tu padre se va a cambiar de nombre y ahora será Helena, te pedirá que le hables en femenino»), Ella és meu papa, ¡Vivan las uñas de colores! o L’Edu es disfressa de princesa también pretenden que sean retirados.
Además, critican otras obras con las que se han topado: «A modo de ejemplo, encontramos libros como El piratrans carabarco que busca promover la diversidad sexogenérica entre la población más joven y va acompañado de una guía didáctica que pretende normalizar la transexualidad desde edades tempranas. O Llámame Paula, un libro infantil que habla de un niño de sólo 8 años de edad que cuenta con total diversión que quiere ser niña y quiere cambiarse de sexo», añaden.
Al lanzar VOX su ruego a través del concejal Liberto Senderos, la formación separatista Junts no ha dudado en abandonar la sala, seguidos por los concejales de ERC y los comunes. Si bien el PP y PSC se han quedado, el comisionado de Políticas LGTBI, Javi Rodríguez, ha invitado al concejal de «extrema derecha» a «rebajar su grado de homofobia en las intervenciones» a la vez que ha asegurado que «los libros de las bibliotecas no contienen contenido inapropiado para menores de edad».
«Las secciones infantiles y juveniles no contienen contenido inapropiado», ha rebatido Rodríguez, que ha exigido «rigor» a VOX «al tratar asuntos tan sensibles». En ese sentido, ha defendido que las bibliotecas de Barcelona componen sus colecciones «de forma profesional» y «con criterios exclusivamente técnicos».
