Cuando quedan dos semanas para las elecciones del 5 de noviembre, la tendencia de las encuestas a favor de Donald Trump comienza a afianzarse de un modo suave pero estable. Una tónica clara, aunque siempre dentro del margen de error, lo que hace de los sondeos una herramienta limitadamente fiable ante una noche electoral que tal vez se alargue durante varios días.
Según la media de encuestas, Kamala Harris recibiría un 49,3% de los votos, mientras que Donald Trump se haría con un 48,5%, gracias a la importante diferencia entre ambos candidatos en California, donde la demócrata ganaría con gran holgura. El resultado del voto general se traduciría, sin embargo, en una victoria de Donald Trump, al imponerse en más estados (31) y, sobre todo, al obtener un mayor número de representantes en el Colegio Electoral (312 frente a 226 de su rival).
Los siete estados clave
La victoria republicana a la que apuntan la mayoría de los sondeos se cimenta por el resultado en los estados todavía en juego (los llamados «swing states«) según todas las casas demoscópicas. Mientras que en 44 territorios (43 estados y el Distrito de Culumbia) no hay ninguna duda de quién será el ganador la noche del 5 de noviembre, en otros siete es posible que hasta pasados varios días no se conozco, y resulta difícil anticiparlo a estas alturas.
A pesar de ello, y siempre dentro del margen de error, el vaticinio general es contudente: Trump ganaría en todos los estados clave por 1,2 puntos de ventaja media, que varía según el lugar. Así, en Arizona ganaría por un 1,8% a Harris; en Carolina del Norte se impondría por 0,5%; en Georgia, que apunta a traer controversia durante el recuento, presenta la mayor ventaja sobre su rival, con un 2,5% de margen; en Míchigan, se sitúa en un 1,2%; en Nevada, en un 1,7%; en Pensilvania, terreno de la batalla más importante en estas elecciones, el republicano aventaja en un 0,8% a la demócrata; y en Wisconsin, el último en cambiar de tendencia, el margen es de tan sólo un 0,4%.
El Distrito de Columbia
El DC, es decir la ciudad de Washington, es el único territorio de los Estados Unidos que sin ser un estado participa en las elecciones presidenciales. Lo hace con tres votos en el Colegio Electoral, tantos como Wyoming, Delaware o las Dakotas (el número de representantes en el órgano depende de la población), por lo que aun siendo un de los lugares con menos peso para elegir al presidente, no carece de importancia.
Sí le falta, en cambio, emoción. En el distrito siempre gana el Partido Demócrata, pase lo que pase, se presente quien se presente. Últimamente, con unos resultados cercanos al 95%.
