Martin Luther King está muy pasado en Estados Unidos. ¿Qué es eso de «no juzgar a un hombre por el color de su piel sino por el contenido de su carácter»? Desde luego, el Equipo de Trabajo sobre Reparaciones del estado de California está mucho más por juzgar a cada cual por su piel o, más bien, a tasarlo, y propone pagar a cada ciudadano con el aporte adecuado de melanina 1.200.000 dólares por esa razón. Nada de la cutrez de los 400 euros de Zapatero.
El tema de las reparaciones lleva caldeándose en la escena política norteamericana desde hace ya unas décadas. La idea es que los negros, cada negro, merece una indemnización a tocateja por parte de todos los demás como reparación por haber llegado como esclavos al continente. Es decir, que unos tipos que nunca han tenido esclavos tienen que pagar una millonada a otros que nunca han sido esclavos.
Pero hasta hace poco la cosa no pasaba de cebo para incautos en campaña. Ahora, en cambio, están hablando en serio. Este sábado pasado, el Equipo de Trabajo sobre Reparaciones de California, de nueve miembros, aprobó recomendaciones sobre cómo compensar y disculparse con los residentes negros por las injusticias pasadas. El grupo de trabajo ha pasado los últimos dos años deliberando sobre las recomendaciones de pago que ahora se enviarán para su aprobación final en Sacramento antes de la fecha límite del 1 de julio.
«Las reparaciones no solo son moralmente justificables, sino que tienen el potencial de abordar las disparidades y desigualdades raciales de larga data«, ha asegurado la diputada demócrata en la reunión en la que se presentaron las recomendaciones.
Un residente negro de 71 años que lleve toda su vida viviendo en California podría recibir un cheque de compensación de 1,2 millones de dólares si las recomendaciones se convierten en ley. Y sale barato, porque los residentes negros exigían 200 millones para cada uno.
Varios economistas que trabajan con el grupo de trabajo han desarrollado estas estimaciones de reparación.
Las recomendaciones del grupo de trabajo no incluyeron los costos totales de las reparaciones, que podrían superar los 500.000 millones de dólares, según estimaciones de economistas. «El pago inicial es el comienzo de un proceso para abordar las injusticias históricas», dice la recomendación, «no el final».
Cómo podrá pagar semejante cantidad California, un estado que no da abasto con el aumento del crimen, una creciente población de sintecho, sobredosis de drogas fuera de control, un déficit presupuestario gigante, un éxodo de población y empresas y una red eléctrica al borde del colapso, es un verdadero misterio. La idea, sin embargo, es que el proyecto californiano se aplique posteriormente a todo el país.
