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Por robar registros médicos clasificados de Fort Bragg

Detienen por espionaje al primer oficial ‘trans’ del Ejército de EEUU

Jamie Lee Henry. Twitter

Hace unos años, el mayor Jamie Lee Henry, ahora de 39 años, se hizo famoso al convertirse en el primer oficial del Ejército norteamericano en declarar y vivir abiertamente como mujer, es decir, como el primer transexual reconocido por el estamento militar. Pero esta historia de triunfo «woke» ha tenido ahora un extraño epílogo al ser detenido acusado de robar registros médicos clasificados de Fort Bragg y tratar de entregárselos al Gobierno ruso.

Anna Gabrielian, su esposa, que trabaja en el hospital Johns Hopkins, también ha sido acusada como cómplice. Ambos están «acusados de usar su autorización de seguridad en Fort Bragg, Carolina del Norte, para robar los registros del hospital de la base «, según el Departamento de Justicia.

El matrimonio fue sorprendido in fraganti en una operación encubierta del FBI, tras lo que fueron acusados formalmente de conspiración y divulgación indebida de información médica identificable individualmente. Aunque los Henry creían estar tratando con un funcionario ruso, en realidad entregaron la información confidencial a un agente del FBI.

Es una historia muy de nuestros días, en la que no podía faltar la guerra de Ucrania. Lo cuenta la cadena de televisión CNBC: “Según los fiscales, el mayor Jamie Lee Henry, de 39 años, y la anestesióloga del Hospital Johns Hopkins, Anna Gabrielian, de 36, tenían como objetivo ayudar a Rusia en su guerra en curso contra Ucrania. Pero la persona que terminó recibiendo información médica de ellos resultó ser un agente encubierto del FBI, no un empleado de la embajada rusa como se les había hecho creer a la pareja, dijeron los fiscales».

El reportaje de la cadena añade que «en 2015, se informó que Henry fue el primer oficial del ejército en servicio activo conocido en declararse transgénero. Si bien ella se identifica como mujer, la acusación se refiere repetidamente a Henry con pronombres masculinos». Un terrible paso en falso de los fiscales quizá lleve a la anulación de la causa semejante delito de lesa progresía.

Rizando el rizo, hemos de creer que la pareja no estaba únicamente movida por la perspectiva del dinero que, sin duda, le habían prometido a cambio de la información, sino por el puro amor a la Santa Madre Rusia. «Gabrielian acordó reunirse con el agente en una habitación de hotel de Baltimore el 17 de agosto, dice la acusación». Más tarde ese mismo día, «llamó al agente para reafirmar que la pareja “estaba empeñada en ayudar a Rusia”, alega la acusación. Durante la reunión, Gabrielian le dijo que «ella estaba motivada por el patriotismo hacia Rusia y pretendía brindarle toda la ayuda que pudiera, incluso si eso significaba ser despedida o ir a la cárcel», dice la acusación.

Las autoridades señalan que la pareja tenía el proyecto de escapar del país con sus hijos. «Gabrilelian sugirió una tapadera para sus interacciones, y un plan para que los hijos de Gabrielian y Henry pudieran huir inmediatamente de Estados Unidos si quedaban expuestos».

No está claro cómo creía el matrimonio estar ayudando a los rusos entregándoles información médica sobre el personal del Ejército, y quizá haya sido una especie de gesto de buena voluntad para que se les reconociera como espías voluntarios. Por ejemplo, Gabrielian dijo a un agente, según la acusación, que su esposo trans «era actualmente una fuente más importante para Rusia que ella, ya que Henry tenía información más útil, incluso sobre cómo el Ejército de EEUU establece un hospital del eEército en condiciones de guerra, y sobre el entrenamiento previo que el Ejército estadounidense brindó al personal militar ucraniano».

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