Si algo nos ha enseñado el año 2024 es que a la izquierda globalista no le gusta demasiado la voluntad popular. En los últimos meses hemos visto cómo en Alemania tratan de ilegalizar al segundo partido con mayor intención de voto (AfD), se le imponen sanciones a Georgia por «votar mal» y en Rumanía directamente se anula la primera vuelta de las elecciones porque va ganando un soberanista con la excusa más patética imaginable.
Pero el premio gordo, lo que puede cambiar todo el equilibrio internacional, es la victoria de Trump. Con Trump se han empleado todos los trucos, desde cuestionables tejemanejes electorales hasta escándalos fabricados, pasando por dos intentos de asesinato, incontables casos penales y dos procesos de impeachment. Y seguro que me dejo algo. Ahora, tras una victoria electoral incontestable, la lucha no ha acabado.
Dos expertos juristas demócratas, Evan A. Davis y David Schulte, ha pedido ahora al Congreso que descalifique a Trump para que no pueda asumir el cargo para el que ha sido elegido, alegando la Sección 3 de la 14ª Enmienda de la Constitución, que prohíbe a quienes hayan participado en insurrecciones o rebeliones contra los Estados Unidos, o brindado ayuda a sus enemigos, ocupar «cualquier cargo, civil o militar». Davis, exdirector de la Columbia Law Review, y Schulte, exdirector del Yale Law Journal, han elaborado un artículo conjunto para The Hill defendiendo su caso.
Los juristas sostienen que la evidencia de que Donald Trump participó en una «insurrección» es «abrumadora» y que el Congreso tiene la autoridad de impedir que Trump tome posesión del cargo en virtud de la Constitución y la Ley de Recuento Electoral de 2022. La ley, que pretendía evitar otro escenario como el del 6 de enero, añade ciertos procedimientos para el recuento de votos electorales después de una elección presidencial.
En enero de 2021, la Cámara de Representantes, entonces controlada por los demócratas, acusó a Trump de «incitación a la insurrección» tras los disturbios del Capitolio, pero el Senado lo absolvió, sin alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para la condena.
Los abogados demócratas argumentan que la mayoría de los votos (57-43) en el Senado apoya su caso de descalificación bajo la 14ª Enmienda. Dicen que cualquier voto emitido para Trump debería considerarse «no otorgado regularmente» debido a su supuesta descalificación.
«Los demócratas deben adoptar una postura contra los votos del Colegio Electoral para una persona descalificada por la Constitución para ejercer un cargo a menos y hasta que se elimine esta discapacidad», escriben Davis y Schulte en su tribuna. «Su juramento de apoyar y defender la Constitución no exige menos».
La idea de que los legisladores vayan a apoyar una medida que convierta sorpresivamente a Kamala Harris en la nueva presidente, sin embargo, suena bastante absurda. No es probable que el desmoralizado Partido Demócrata quiera abrir un melón que podría llevar al país al caos.