El nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos (DOGE, por sus siglas en inglés), encabezado por el dueño de X, Elon Musk, y Vivek Ramaswamy, pretende recortar de forma drástica el presupuesto del Gobierno a través de la eliminación de agencias enteras y la reducción al mínimo de los gastos considerados innecesarios.
Con un gasto público actual que asciende a 6,75 billones de dólares, Musk ya ha adelantado que su objetivo es reducir en 1,9 billones esa cuantía, mientras que Ramaswamy ha asegurado que muchas dependencias gubernamentales serán cerradas por completo.
El DOGE tiene una fecha de caducidad establecida por el propio presidente electo, Donald Trump. Musk y Ramaswamy disponen de un plazo máximo hasta el 4 de julio de 2026 para implementar las reformas como «regalo» por el 250º aniversario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. El objetivo final es dejar atrás la burocracia actual y presentar un gobierno más ágil y eficiente para esa fecha.
Desde su etapa como precandidato republicano, Ramaswamy ya había identificado instituciones como el FBI, el Departamento de Educación, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, y la agencia de recaudación fiscal como objetivos para reestructuración o eliminación total. Estas agencias, según él, representan un exceso burocrático que obstaculiza el funcionamiento eficiente del Gobierno.
Otro foco de atención es el Pentágono, que recientemente falló una auditoría sobre su presupuesto de 824.000 millones de dólares. Entre los gastos cuestionables destacan 192.952 dólares destinados a máquinas de café espresso para la Marina, y acuerdos como el de Boeing, en el que la empresa sobrefacturó casi un millón de dólares por piezas de los aviones C-17. Particularmente escandaloso fue el hallazgo de dispensadores de jabón comprados con un sobreprecio del 7.943%.
Los experimentos con animales financiados con dinero público tampoco escaparon a la lupa del DOGE, especialmente aquellos considerados innecesarios o alineados con tendencias woke. Por ejemplo, un laboratorio en Florida recibió 477.000 dólares para estudiar el comportamiento de monos transgénero, inyectándoles hormonas femeninas.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) también han sido criticados por invertir millones en experimentos cuestionables. Entre ellos, el gasto de 33 millones de dólares para estudiar adicciones en monos, 3 millones para inyectar esteroides a hámsters y analizar su agresividad, y 2,3 millones para administrar cocaína a cachorros de beagle de seis meses. Además, los NIH financiaron con 1,1 millones de dólares un proyecto en el que ratones eran entrenados para consumir grandes cantidades de alcohol.
Ramaswamy describió el panorama actual de la Administración como plagado de «fraude, abuso y despilfarro masivo«. También advirtió de que no sólo las agencias gubernamentales están bajo la mira, sino también los contratistas federales que «sobrefacturan al Gobierno». Según sus palabras, esperan «recortes masivos de personal, contratistas y organismos gubernamentales que han perdido su propósito«.
El plan de Musk incluye publicar una lista de los gastos más extravagantes financiados con impuestos, como ejemplo de transparencia en el proceso de reestructuración. Entre los casos destacados, ya se han señalado eventos como espectáculos drag patrocinados en Ecuador.
Además de los recortes, el DOGE busca implementar cambios legislativos. Una de las prioridades es la aprobación de la ley REINS, que permite supervisar y limitar el gasto derivado de órdenes ejecutivas del presidente. Según Ramaswamy, esta ley será fundamental para evitar que las acciones administrativas sigan incrementando los costos para los contribuyentes.
Con la maquinaria en marcha, Musk y Ramaswamy están decididos a cumplir con el mandato de Trump y transformar la estructura gubernamental de Estados Unidos antes de la fecha límite. La resistencia a estos cambios, sin embargo, podría ser tan grande como el alcance de sus reformas.