Los demócratas intentan convencer al público norteamericano de que la democracia exige que se impida a los votantes optar por el candidato más popular, y en ese esfuerzo una serie de estados han decidido (Colorado, Maine) o pretenden decidir que la papeleta de Donald Trump desaparezca de los colegios electorales en las presidenciales de noviembre, alegando que el expresidente es culpable de «insurrección» por los confusos sucesos del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Washington.
Estamos ante el enésimo intento de eliminar a Donald Trump, algo que se ha convertido en una constante de la vida norteamericana desde antes de que el neoyorquino llegara a la Casa Blanca. Es lo que ya se conoce como Síndrome de Demencia sobre Trump (Trump Derangement Syndrom), y que ha llegado al punto en que el Tribunal Supremo tenga que intervenir.
Así, el Supremo ha aceptado una petición de revisión urgente respecto de la decisión del alto tribunal de Colorado de excluir al expresidente Donald Trump de las elecciones presidenciales en ese estado el próximo noviembre. Los alegatos se presentarán el próximo 8 de febrero.
El alto tribunal de Colorado descalificó al presidente Trump como candidato el 19 de diciembre en un fallo que pocos juristas ven sustanciado. El 27 de diciembre, el Partido Republicano presentó una petición ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos formulando tres preguntas separadas sobre la aplicación de la Sección 3 de la 14ª Enmienda y los derechos de los partidos políticos según la Primera Enmienda a realizar primarias a su candidato preferido.
El 3 de enero, el presidente Trump presentó una petición separada con una pregunta más simple: ¿Se equivocó la Corte Suprema de Colorado en su fallo? El Tribunal Supremo ha aceptado la petición del presidente Trump y aún no ha aceptado rechazar la petición del Partido Republicano.
Este fue el primer estado en descalificar al presidente Trump y el primer estado en celebrar audiencias sobre los méritos de una impugnación de la Sección 3. La teoría de que se puede descalificar a Trump en virtud de la Sección 3 de la 14.ª Enmienda se basa en la premisa de que los acontecimientos del 6 de enero de 2021 constituyeron una insurrección y que el presidente Trump participó activamente en ella o la instigó. También supone que los tribunales estatales individuales en varios niveles tienen la autoridad para decidir la elegibilidad de un candidato presidencial bajo la Sección 3.
Según el equipo jurídico de Trump, se han presentado en todo el país 60 alegaciones de este tipo en todo el país en los últimos meses. La mayoría han sido desestimadas.
Lo más inquietante es que se acepte la posibilidad de que los estados puedan determinar unilateralmente que un candidato es responsable de «insurrección» y que, por tanto, se puede eliminar su nombre de las papeletas electorales. El incentivo para que un estado dominado por un partido elimine de esta forma las perspectivas del candidato del partido rival serían abrumadoras, y el resultado sería el caos.
La decisión de Colorado ya ha creado un efecto dominó, con legisladores de otros estados pidiendo la descalificación del presidente Trump como candidato en sus propias papeletas, así como otros estados pidiendo la descalificación del presidente Joe Biden de las primarias estatales en represalia.