La campaña electoral en Estados Unidos tuvo un cierre este lunes cargado de intensidad y expectativas en Pittsburgh, Pensilvania. Tanto la actual vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, como el exmandatario y ahora candidato republicano Donald Trump, hicieron allí una de sus últimas presentaciones antes del esperado día de votación, el martes 5 de noviembre.
La vicepresidenta Harris, quien para muchas proyecciones necesita asegurar Pensilvania para llegar a la Casa Blanca, concentró sus palabras en un llamado a la unidad y en un advertencia sobre el peligro que, según ella, representa Trump para la democracia estadounidense. Dirigiéndose a sus seguidores, Harris los instó a redoblar esfuerzos y animó a llevar a más personas a votar el día de las elecciones, enfatizando la importancia de cada voto en una contienda tan cerrada. «Pittsburgh, nos queda sólo un día para lograrlo», exclamó Harris. «Trabajemos juntos para movilizar el voto, contactemos a familiares, amigos y compañeros de trabajo en las próximas 24 horas», incidió.
En contraste con la postura de Harris, Trump ofreció un mensaje enfocado en una «nueva era de prosperidad» que promete para el país. Ante la multitud, afirmó que votar por él es apostar por el fortalecimiento de la economía, la seguridad en las calles y un país con fronteras firmes, elementos clave de su propuesta. «Un voto para Trump significa comestibles más baratos, salarios más altos y comunidades más seguras«, aseguró Trump. «Kamala lo rompió; yo lo arreglaré», añadió en un tono combativo.
Durante el acto, Trump no dudó en señalar lo que considera un declive de Estados Unidos bajo la gestión de los demócratas, pidiendo a sus simpatizantes el apoyo necesario para revertir esa tendencia. «No tenemos por qué aceptar la debilidad ni el deterioro», enfatizó el candidato republicano. «Su voto puede cambiarlo todo y llevarnos, como país y como mundo, a nuevas alturas», añadió.
La jornada de Trump en Pensilvania fue parte de una maratón de mítines que arrancó temprano en Raleigh, Carolina del Norte, y continuó con eventos en Reading y Pittsburgh, antes de culminar en Grand Rapids, Michigan, un lugar simbólico donde tradicionalmente ha cerrado sus campañas.
Por su parte, el acto de Harris fue mucho más breve. Tras sólo diez minutos de discurso, la candidata dio paso a un espectáculo musical con la cantante Katy Perry, generando gran entusiasmo entre el público antes de dirigirse a Filadelfia para su último mitin, que incluirá actuaciones de artistas latinos como Ricky Martin. «Les pido su voto», afirmó Harris, «porque su voto es su voz, y su voz es su poder».
Finalmente, Trump tuvo un momento de nostalgia al recordar su recorrido político desde 2015. «Es triste, llevamos casi nueve años en esto», comentó antes de invitar a su familia a subir al escenario. «Recuerden, estos mítines son únicos, no volveremos a ver algo así», incidió el republicano.