La vicepresidenta del Gobierno y candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, ha roto su silencio tras 39 días evitando responder a preguntas de la prensa. Lo ha hecho sentándose para una entrevista junto a su compañero de fórmula, Tim Walz, en la cadena CNN y junto a la periodista Dana Bash.
La entrevista, que según las mediciones del analista Frank Luntz tuvo una duración total de 26 minutos y 38 segundos, generó controversia incluso antes de ser emitida. CNN lanzó varios clips como adelanto, y la cadena también distribuyó algunas transcripciones de las declaraciones de Harris. La polémica se desató cuando se descubrió que algunas frases en las transcripciones no coincidían con lo que Harris realmente había dicho. Un ejemplo notable fue que Harris mencionó la posibilidad de incluir en su gabinete a alguien que «fue» republicano, mientras que la transcripción cambió sus palabras a «alguien que es republicano». Este desliz rápidamente se volvió viral en las redes sociales.
Durante la entrevista, Harris evitó hacer autocrítica sobre la administración Biden-Harris y, en su lugar, dirigió sus críticas hacia Donald Trump, a quien describió como un personaje que divide a la nación. Cuando se le preguntó sobre su plan para un eventual gobierno, Harris respondió de manera vaga, mencionando que su prioridad sería «implementar su plan» sin ofrecer muchos detalles concretos. Mencionó, entre otras cosas, su intención de «fortalecer a la clase media», «invertir en las familias» y «reducir los costos inmobiliarios».
Harris también adelantó que, de ser electa, planea expandir los créditos fiscales por hijos y facilitar el acceso a la primera vivienda para los jóvenes. En su visión, es fundamental perseguir una «economía de oportunidades» para todos los estadounidenses. Al hablar de sus metas, Expresó que cree que los ciudadanos buscan «un nuevo camino para avanzar» y que su administración estaría enfocada en responder a esas aspiraciones.