Un bloque de estados restringe el aborto mediante enmiendas constitucionales y también se opone a la inmigración ilegal, para lo que despliega tropas en la frontera con México y envía inmigrantes a Nueva York o Chicago. Otro bloque amplía los plazos para permitir el aborto, anima la inmigración y ablanda sus leyes penales.
El primer bloque lo forman estados rojos, es decir, de voto republicano: Texas, Florida, Luisiana, Alabama, las Carolinas, Misuri, Georgia, las Nebraskas… El segundo bloque, situado en las costas, es de tendencia demócrata: California, Nueva York, Washington, Illinois, Nueva Jersey, Pensilvania, etc.
Varios estados de ese primer bloque también están aprobando leyes en defensa de los niños y los adolescentes que prohíben administrarles medicamentos y realizarles operaciones de cambio de sexo, así como la participación de personas con cuerpo de varón en competiciones deportivas femeninas, a pesar de que se identifiquen como mujeres.
Pero la izquierda no va a dejarse arrebatar esta nueva bandera, la de los «derechos» trans. Minnesota, uno de los estados más izquierdistas del país, tanto que en él no existe el Partido Demócrata, sino el Partido Demócrata-Agrario-Laborista, afiliado al primero, acaba de aprobar en su Parlamento por una corta mayoría de 68 votos contra 62 una ley que lo convierte en «estado refugio» para los menores de edad que solicitan bloqueadores de la pubertad y mutilaciones.
A principios de marzo, el gobernador Tim Walz dictó un decreto por el que ordenaba a los funcionarios estatales no colaborar con otros estados cuyos residentes viajaran a Minnesota con menores para someterlos a «afirmación de género». Pero esto no le ha parecido suficiente a la comunidad trans ni a las asociaciones de médicos estatales.
El diputado estatal Leigh Finke presentó el proyecto de Ley de Refugio Trans y, además, propuso dedicar fondos públicos para adiestrar a más médicos en tratamientos de cambio de sexo y pagar medicamentos.
La diputada republicana Peggy Scott declaró que la ley recién aprobada vulnera los derechos de los padres sobre sus hijos y «permite que los niños, independientemente de su edad, busquen y reciban tratamientos médicos radicales».
Ya no son sólo el aborto, la inmigración ilegal y la guerra de Ucrania los asuntos que separan a los estadounidenses, sino también lo trans. El demócrata Joe Biden comenzó su presidencia con el lema América United y se acerca al fin de su mandato con él y su partido encabezando la mayor división desde los años 60.
