«¡Defund de police!» -«¡Dejemos de financiar a la policía!»- fue el grito de guerra de Black Lives Matter, al que se sumaron con entusiasmo los líderes demócratas norteamericanos, tras la muerte de (San) George Floyd. Y algunos estados, condados y municipios lo llevaron parcialmente a cabo, con resultados directamente desastrosos: un inmediato aumento de los crímenes violentos y una huida de los territorios woke de residentes y, sobre todo, cadenas minoristas.
Pero, paradójicamente, los que quieren ahora dejar a la cuarta pregunta a un cuerpo policial son los republicanos, el partido de la ley y el orden. Aunque, eso sí, por razones diametralmente opuestas. Se trata del FBI, la fuerza policial más poderosa del planeta, y de la razón para esta hostilidad ya hemos hablado aquí a menudo: los federales se han convertido en el brazo armado del Partido Demócrata o, lo que es lo mismo, del ideario globalista woke.
Pero la publicación del Informe Durham, una investigación exhaustiva de tres años que demuestra que la «trama rusa» contra Trump fue un montaje de arriba abajo coordinado por Hillary Clinton y consentido por Obama, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Los principales republicanos de la Cámara de Representantes exigen que la Oficina Federal de Investigaciones sea desfinanciada y que se arreste a los agentes corruptos y se les lleve ante los tribunales por sus presuntas infracciones.
El diputado Jim Jordan (R-Ohio) ha pedido al Congreso que ponga en su punto de mira el presupuesto del FBI tras la publicación del Informe Durham. El documento, que expuso la investigación del FBI Crossfire Hurricane sobre la campaña de Trump de 2016 como carente de pruebas y cuajado de abusos procesales, llevó a Jordan a condenar el comportamiento de los demócratas, acusándolos de perpetuar narrativas falsas a través de los grandes medios de comunicación convencionales y de las grandes tecnológicas.
Durante una aparición en el programa Hannity de Fox News, Jordan destacó los hallazgos del Informe Durham, afirmando que el FBI colaboró con la campaña de Hillary Clinton en 2016 para atacar a Trump, y que en 2020, exagentes de la CIA y funcionarios de inteligencia apoyaron la campaña de Joe Biden en un objetivo similar. Jordan enfatizó que el objetivo en ambos casos era evitar que Trump asumiera el cargo.
«Así que lo hemos visto dos veces, uno fue el FBI, el segundo fueron exfuncionarios de inteligencia, pero [con] el mismo objetivo: perseguir al presidente Trump y evitar que sea presidente», dijo Jordan.
El Informe Durham de 306 páginas, publicado por el Departamento de Justicia el lunes, destaca la discrepancia en el manejo del FBI de los asuntos relacionados con la campaña de Clinton en comparación con los que involucran a su oponente republicano, Donald Trump. Concluye que la investigación del FBI sobre la supuesta colusión entre la campaña de Trump y Rusia demostró una falta de rigor analítico, un sesgo de confirmación y una voluntad de confiar en la información de personas conectadas con opositores políticos.
Por su parte, el también diputado republicano Matt Gaetz ha pedido que se le corten los fondos al FBI y se encause penalmente a sus agentes. En una entrevista concedida a Newsmax, Gaetz sostuvo que el Informe Durham es un «alegato de acusación sobre la instrumentalización del FBI contra el presidente Trump».
«El informe señala cuántas veces se atacó a Trump como ningún ciudadano norteamericano ha sido atacado», dijo Gaetz. «En esencia, el FBI se ha convertido en una empresa de desinformación e interferencia electoral en nuestro país. La evidencia es condenatoria, el Dossier Steele era un disparate, nunca se aplicó el criterio de causa probable para iniciar la investigación y había un tribunal secreto al que se le mintir».
