El discurso sin precedentes del presidente Joe Biden condenando como «semifascistas» a las decenas de millones de norteamericanos que votaron por Donald Trump, en vísperas de unas elecciones de medio mandato que prometen ser catastróficas para su partido, ha desencadenado todas las alarmas en el panorama político, y ya son legión los que hablan abiertamente de guerra civil.
Concretamente, más de un 40% de estadounidenses piensa que la guerra civil es al menos algo probable en la próxima década, lo que aumenta a más de la mitad entre los autodenominados «republicanos duros», según una encuesta de YouGov/Economist.
Casi dos tercios de los encuestados cree, asimismo, que Estados Unidos está más dividido que cuando Joe Biden accedió a la Presidencia prometiendo, precisamente, «unir» un país que supuestamente se había fracturado a raíz del mandato de su predecesor, Donald Trump. Solo un 8% cree que el país está ahora más unido, mientras que el 62% cree que la esta división política seguirá ensanchándose.
El 60% de los encuestados anticipa un aumento de la violencia política en los próximos años, mientras que solo el 9% espera una disminución. Por partido, es más probable que los republicanos digan que la división política ha empeorado y esperan que las cosas continúen en esa dirección.
Si bien solo el 14% de los estadounidenses dice que es muy probable que haya una guerra civil en la próxima década, el 43% dice que es al menos algo probable. Aproximadamente uno de cada tres, el 35%, dice que es poco o nada probable, y el 22% no está seguro.
El pasado jueves por la noche, Joe Biden habló en el histórico Independence Hall para pronunciar el discurso más provocativo y divisivo en la historia estadounidense moderna. Recortado sobre un fondo rojo sangre -la estética «Dark Brandon» que se ha vuelto popular entre los leales al régimen en Twitter-, Biden vociferó contra los «republicanos MAGA» y dijo que amenazan la democracia estadounidense, las normas políticas y el estado de derecho.
El propio Biden ya había hecho alguna referencia velada e indirecta a la posibilidad de guerra civil cuando, en unas declaraciones sobre el control de armas en poder de los ciudadanos, ironizó sobre la impotencia de estos frente al pavoroso arsenal del primer ejército del mundo, sugiriendo así que podría usar a los militares contra la población civil.