Este martes 5 de noviembre, los estadounidenses decidirán entre Donald Trump y Kamala Harris para ocupar la Casa Blanca durante los próximos cuatro años. La última semana de campaña ha dejado a ambos candidatos ajustando estrategias, ya que se espera una competencia reñida, con 270 votos electorales como el umbral necesario para ganar la presidencia.
Las encuestas a días de los comicios muestran una carrera ajustada, aunque algunas de las más confiables sugieren una leve ventaja para Trump en los estados clave. Según estos sondeos, el candidato republicano lidera en territorios cruciales como Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Nevada, Arizona, Georgia y Carolina del Norte. Sin embargo, si Trump gana en Carolina del Norte, Michigan y Pensilvania y Harris se lleva los estados de Georgia, Nevada y Wisconsin, ambos terminarían empatados con 269 electores cada uno.
En un escenario de empate, la Duodécima Enmienda entraría en juego por primera vez en casi dos siglos, llevando la decisión al Congreso. Este procedimiento, conocido como elección contingente, establece que la Cámara de Representantes selecciona al presidente y el Senado al vicepresidente si ningún candidato logra la mayoría en el Colegio Electoral.
En la Cámara, los 50 estados emiten un voto cada uno, determinado internamente por la mayoría de sus representantes. Por ejemplo, los 28 congresistas de Florida votarían en bloque: si la mayoría apoya a Trump, el voto de Florida se adjudica a él, y lo mismo sucedería con Harris en caso contrario. Para ganar la presidencia en una elección contingente, el candidato necesita obtener al menos 26 votos de los estados, mientras que Washington D.C., al no ser un estado, no participa.
En el Senado, el proceso es similar a una votación legislativa: los 100 senadores emiten un voto individual, y quien obtenga la mayoría simple de votos se convierte en vicepresidente.
La última vez que el Congreso intervino en una elección fue en 1824, cuando Andrew Jackson y John Quincy Adams no alcanzaron la mayoría necesaria de votos electorales. En esa ocasión, Jackson obtuvo 99 electores y Adams 84, pero ninguno superó el umbral requerido. Aunque Jackson se impuso en el voto popular, la decisión recayó en la Cámara de Representantes, donde Adams fue finalmente elegido gracias a los votos de 13 estados, incluyendo Nueva York, Ohio y Kentucky. John C. Calhoun, compañero de fórmula de Adams, fue elegido vicepresidente por el Senado, completando así la única elección contingente de la historia de Estados Unidos.
Este año, con una elección tan ajustada y una fuerte presencia de estados indecisos o «swing states», no se descarta la posibilidad de un nuevo empate en el Colegio Electoral.