«Me gustaría cerrarlo inmediatamente», ha declarado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en respuesta a los periodistas en una reciente rueda de prensa. «El Departamento de Educación es una gran estafa”, explicó el mandatario norteamericano. Trump recordó que Estados Unidos figura en el puesto cuadragésimo entre los cuarenta mejores países del mundo en Educación, mientras que son los primeros en gasto por alumno.
«Noruega, Dinamarca, Suecia… odio decirlo… China, por grande que sea, están entre los cinco primeros», continuó Trump. «Es un rival clave. Estamos en el puesto número cuarenta, y si estamos en el puesto número cuarenta eso significa que estamos haciendo algo muy mal, ¿no?».
Trump defiende la idea de devolver la educación a los estados, tal como era antes de la creación por Jimmy Carter del departamento federal en 1980: «Yo digo que lo devuelvan a Iowa, a Idaho, a Colorado. Probablemente tengamos 35, tal vez 37 estados que lo harán tan bien como Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia«, añadió Trump. «Serán igual de buenos».
Este proyecto no es, o no debería ser, ninguna sorpresa, porque Trump ya habló de su deseo de eliminar el departamento federal en muchas ocasiones, alegando que no había cumplido su misión de mejorar el nivel educativo a pesar de gastar ingentes cantidades de dinero.
Pero en este caso, al menos, Trump no sólo no ha emprendido aún el cierre en cuestión sino que ha nombrado a Linda McMahon para dirigirlo. «Lo que quiero es que los estados gestionen las escuelas», dijo Trump en respuesta a un periodista que le preguntó por este nombramiento. «Creo firmemente en la libertad de elección de escuelas, pero además de eso, quiero que los estados gestionen las escuelas y quiero que Linda se quede sin trabajo».