El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió durante la campaña electoral de las presidenciales eliminar las regulaciones sobre los cabezales de ducha para restringir el agua y lo ha cumplido.
«Me gustaría darme una buena ducha para cuidar mi precioso pelo», señaló este miércoles en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
El decreto pone fin a las normas de ahorro de agua que restringen el número de litros que se permite que fluya a través de los cabezales de ducha y «libera a los estadounidenses de una reglamentación excesiva que convertía un artículo doméstico básico en una pesadilla burocrática«. «Los estadounidenses pagan por su propia agua y deben ser libres de elegir sus cabezales de ducha sin intromisiones federales», manifiesta.
Así, pide al secretario de Energía que anule inmediatamente «la complicadísima norma federal». «El exceso de regulación ahoga la economía estadounidense y asfixia la libertad personal. Un ejemplo pequeño, pero significativo, es la guerra de Obama y Biden contra las duchas», concluye la Casa Blanca.
