Aquí ya hemos contado cómo la Oficina Federal de Investigación, el FBI, el cuerpo de Policía más poderoso del mundo, ha pasado en las últimas décadas de ser un instrumento apolítico del Estado a convertirse en una policía política de los demócratas, usada para espiar a los republicanos y tapar las vergüenzas del partido en el poder.
Y ahora el personaje más perjudicado por este estado de cosas, el expresidente Donald Trump, recién salido de su primera comparecencia ante el juez en el caso más disparatado de persecución político-judicial que registra la historia norteamericana, cree tener la solución: cerrarles el grifo.
“LOS REPUBLICANOS EN EL CONGRESO DEBEN CORTAR LOS FONDOS DEL DOJ [Departamento de Justicia] Y EL FBI HASTA QUE ENTREN EN RAZÓN”, escribe en su propia red social, Truth Social, alegando que los demócratas están instrumentalizando a su favor las fuerzas del orden e interfiriendo abusivamente en las próximas elecciones.
Sigue Trump: “¡LOS DEMÓCRATAS HAN INSTRUMENTALIZADO TOTALMENTE A LAS FUERZAS DE SEGURIDAD EN NUESTRO PAÍS Y ESTÁN USANDO TORTICERAMENTE ESTE ABUSO DE PODER PARA INTERFERIR CON NUESTRAS ELECCIONES YA BAJO ASEDIO!”.
Es una verdad demasiado amarga para muchos, pero los republicanos están empezando a darse cuenta de que es un hecho que las agencias federales se están instrumentalizando contra los conservadores. Una encuesta reciente de Insider Advantage revela que el 79% de los republicanos está de acuerdo en que el gobierno ha convertido las instituciones federales en un arma contra republicanos y conservadores.
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-CA), se encuentra entre los que han dicho que el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, ha «instrumentalizado nuestro sagrado sistema de justicia» contra Trump. El martes, McCarthy dijo que el fiscal de Manhattan, Bragg, cuya campaña financió en buena medida el magnate globalista George Soros, está «intentando interferir en nuestro proceso democrático al invocar la ley federal para presentar cargos politizados contra el presidente Trump, ciertamente utilizando fondos federales, mientras que al mismo tiempo argumenta que los representantes del pueblo en el Congreso carecen de jurisdicción para investigar esta farsa».
En esa misma declaración, McCarthy advirtió que el Congreso responderá a la instrumentalización de la justicia federal y «será responsabilizado por el Congreso”, aunque no ha aclarado cómo piensa hacerlo.
