El partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) ha alcanzado su mayor porcentaje de intención de voto jamás registrado, según una encuesta del instituto Forsa encargada por RTL y ntv. Si las elecciones federales en Alemania se celebraran el próximo domingo, el 26% del electorado votaría por el partido patriota, situándolo como la primera fuerza del país.
Este resultado sitúa a AfD como la formación más fuerte en Alemania, superando de nuevo en las encuestas a la Unión (CDU/CSU), que obtendría un 25%. El Partido Socialdemócrata (SPD) cae hasta el 15%, mientras que Los Verdes se mantienen en un discreto 11% y La Izquierda obtendría un 9%. Por debajo del umbral del 5% que garantiza la entrada al Bundestag quedarían tanto el FDP como el BSW, con apenas un 4% cada uno.
Este ascenso de AfD, impulsado por el hartazgo ciudadano ante el desmoronamiento del Gobierno semáforo y la crisis migratoria, se produce apenas semanas después de que la CDU-CSU ganara las elecciones anticipadas del pasado 23 de febrero con un 28,5%, seguida de AfD con un histórico 20,8%. A pesar de esa victoria, las cifras actuales reflejan un desgaste acelerado del bloque democristiano y un crecimiento imparable del partido que representa el descontento popular.
Las cifras no sólo evidencian un cambio de tendencia, sino también el hundimiento de la figura del líder de la CDU, el presidente Friedrich Merz, cuyo perfil personal despierta cada vez menos confianza. Sólo el 21% de los encuestados lo ve como un futuro canciller fiable, lo que representa una caída notable respecto al 30% registrado en agosto del año pasado. Peor aún: apenas el 17% de los ciudadanos lo considera simpático, y sólo un 27% cree que realmente entiende las preocupaciones de la población.
Si bien entre los votantes de la Unión el apoyo a Merz es más alto —el 79% lo considera competente y el 71% lo percibe como un líder fuerte—, entre los votantes de AfD la valoración es demoledora: apenas el 3% lo considera digno de confianza, el 6% lo ve simpático y sólo el 13% cree que es competente.
En medio de este terremoto demoscópico, Merz espera ser investido canciller el próximo 6 de mayo, cuando el nuevo Bundestag surja formalmente tras las elecciones anticipadas. Sin embargo, los datos de Forsa confirman que la AfD no sólo es el principal motor de oposición, sino la opción preferida de un número creciente de alemanes que exigen un giro político firme, sin concesiones, y que garantice las fronteras seguras.
