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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Arde Toulouse por la detención de una mujer con burka que no se identificó

Toulouse ha vivido 48 horas de salvaje violencia callejera después de que la Policía detuviera a una mujer que portaba burka -una conducta ilegal en Francia- y se negara a quitárselo.

El intento de identificación por parte de la Policía local de Toulouse de una musulmana que portaba burka -una conducta ilegal en Francia- desencadenó fuertes disturbios en la localidad. El pasado domingo, alrededor de las cinco de la tarde, los agentes requirieron a una mujer su documentación y le pidieron que se retirara el velo integral islámico. La aludida se negó a despojarse de la prenda y aportó una fotocopia de su documentación en la no se la veía con claridad, tal y como publica Breitbart.
La mujer empezó a gritar cuando la Policía procedió a su detención tras negarse a descubrir su rostro. Poco después, explica el citado diario, cerca de treinta personas llegaron al lugar y atacaron a los agentes con objetos contundentes. Uno de ellos fue herido y tuvo que ser atendido por personal sanitario.
La turba era tan violenta que los policías se vieron obligados a descargar sus armas hasta en 18 ocasiones antes de lograr escapar.


Más tarde, en el vecino distrito de Reyneire, estallaron nuevos actos de violencia que las autoridades vinculan con la detención de la mujer. Un grupo de personas quemó varios coches, lo que provocó que la Policía tuviese que movilizar hasta 200 agentes para intentar frenarlo. Sin embargo, los disturbios se sucedieron hasta este lunes y los agentes tuvieron que emplear más de 300 botes de gas lacrimógeno.
El periodista afincado en París Alejo Schapire ha explicado que la cifra de vehículos quemados asciende a 25 y que el número de detenidos es de 18. La comisaría de policía y las calles de la ciudad, donde se prendieron más objetos además de los coches, también fueron objeto de ataques.
Según apunta el diario, el suicidio de un preso de la cárcel Seysses -a las afueras de Toulouse- también pudo contribuir al estallido de la violencia.


Francia fue uno de los primeros países europeos en vetar de los espacios públicos el velo integral islámico. Poco a poco otros estados de su entorno -no es el caso de España- fueron aprobando diferentes leyes similares.
La comunidad islámica y, por inexplicable que parezca, grupos de la presunta izquierda laica alzaron la voz contra lo que consideraban un ataque contra sus derechos. En 2017 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos zanjó la polémica con una sentencia en la que respaldaba la medida, alegando que no se conculca ningún derecho fundamental y que dicha prohibición puede ser incluso ‘necesaria’.

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