Así lo ha anunciado la comisaria de Agenda Digital, la búlgara Mariya Gabriel, quien se ha concedido un plazo de veinte días para presentar una proposición contra la noticias falsas que no incluya la aprobación de leyes
En un arrebato de inhabitual sensatez, la Comisión Europea ha renunciado a legislar contra las noticias falsas. De este modo, rechaza la propuesta de la comisión de expertos constituida en los albores del mes enero; una propuesta que impelía a la institución comunitaria a aprobar leyes encaminadas a proteger de injerencias los procesos electorales de los países miembros.
Así lo ha anunciado la comisaria de Agenda Digital, la búlgara Mariya Gabriel, quien se ha concedido un plazo de veinte días para presentar una proposición contra la desinformación que no incluya la aprobación de leyes: así, se decanta por la promoción de programas educativos a través de las redes sociales (que es el nido donde crecen todas las supuestas noticias falsas).
Tal y como han reconocido a ‘El País’ miembros del equipo de Gabriel, la Comisión: ‘No vemos ahora mismo la necesidad, la justificación, ni creo que tengamos los datos necesarios para proponer algún tipo de legislación (…) No queremos que se nos acuse de querer ser un ministerio de la verdad. No queremos que haya una legislación que diga: ahora vamos a decir lo que es cierto y lo que es falso. Aquí hay ya leyes suficientes’, señalan.
Presión de los eurodiputados
En este respeto, contradicen al eurodiputado del PP Esteban González-Pons, quien manifestó la necesidad de que el poder político controle los contenidos de los medios de comunicación (exactamente como ocurre en los regímenes tiránicos) hace unos meses: ‘Las noticias falsas son un instrumento que los enemigos de la democracia usan para que fracase Europa. Necesitamos una normativa que proteja a la democracia de las noticias falsas. Ningún país podrá luchar contra este problema en solitario, necesitamos una normativa europea’.
No deja de ser curioso que, en nombre de la democracia, se propongan medidas propias sistemas despóticos: porque, tras el aparente propósito de salvaguardar la veracidad de las informaciones periodísticas, no subyace sino la deletérea voluntad de controlar a los medios de comunicación incómodos.
Esto es precisamente lo que ha pensado la comisión de Agenda Digital. Así, en sus integrantes se ha instalado el temor de que la opinión pública perciba que su objetivo es determinar con una ley qué informaciones son reales y cuáles no, por lo que la Comisión ha decidido confiar por el momento en la autorregulación, limitándose a emitir códigos de buenas prácticas.